AUSTRALIA ON ROAD(III): EL DESIERTO ROJO Y LA ROCA ULURU-KATA TJUTA


Uluru: 40 años del retorno del monolito rojo sagrado de Australia a sus dueños tradicionales

Conocido en sus inicios con el nombre de Parque Nacional de Uluru (Ayers Rock-Mount Olga), este sitio posee formaciones geológicas espectaculares que dominan la vasta planicie arenosa del centro de Australia. El inmenso monolito de Uluru y las cúpulas rocosas de Kata Tjuta, situadas al oeste del parque, forman parte del sistema ancestral de creencias de una de las sociedades humanas más antiguas del mundo. El pueblo aborigen de los Anangu es el propietario ancestral de Uluru-Kata Tjuta , aunque no se les ve, están presentes en las historias y recuerdos que los guías del parque nos transmiten.

Una niña rubia del pueblo Anangu juega con su hermano en Time Square, en la urbanización que australianos blancos han montado en medio del desierto rojo del centro de Australia. Su madre sentada en la arena roja del parque vende cuadros dibujados por ella. Su triste tienda es el suelo del parque. Los vende a 100 dólares australianos. 
Vídeo de la roca sagrada de los Anangu

A 30 escasos metros, una galería regentada por rubias melenas y sonrisas blancas, venden obras de esos mismos nativos por 3000 y 5000 dólares. La niña, su hermano y su madre son los únicos nativos de esta zona que hemos visto. El resto viven en una reserva cerca de la roca Uluru a la que solo ellos pueden acceder.

Ellos son los dueños de la tierra y de la roca. Ellos viven en el territorio que solo sus deidades les otorgaron. Para los Anangu, Uluru encarna mucho más que un selfie turístico, ya que cada surco del gigante monolito rojo cuenta la historia de su cultura, su historia y su conexión con la tierra. Los Anangu, llegaron al lugar hace más de 30.000 años y desde entonces guardan con recelo las leyes, las tradiciones y los lugares sagrados de sus antepasados. El gobierno australiano reparo con su error histórico y les devolvió estas tierras en octubre de 1.985, hará ahora 40 años.

Los indígenas creen que Uluru, situado en el corazón del desierto australiano y declarado Patrimonio de la Humanidad, es el lugar donde viven seres de la creación que tienen como cometido guiarles por la vida.

Las serpientes y la cosmogonia Anangu en una recreación del Centro Cultural Anangu 

Uluru, que tiene 600 millones de años de edad y llega a los 348 metros de altura, tiene un gran valor espiritual para los Anangu, cuya tierra inspira las historias sobre la creación, así como la historia y los viajes guiados por los llamados "Songlines". Se trata de los mapas terrestres y estelares del cielo de la noche australiana, y memorizados a través de canciones, "songlines" ceremoniales, que han sido transmitidas oralmente, de generación en generación, y que guían el recorrido de los aborígenes por todo el territorio continental.

Según los Anangu, Uluru fue creado por sus antepasados, algunos de ellos con formas de animales, como Kuniya (una serpiente pitón woma) y Liru (una serpiente marrón venenosa) que se desplazaron por miles de kilómetros para dejarles una serie de enseñanzas que guían sus vidas.

Imágen de Reuters el día anterior al cierre de las escaladas en la montaña

Cuarenta años después de que el Estado australiano reconociera al pueblo aborigen como propietario tradicional de este pedazo de tierra, los Anangu consiguieron en 2019, que se prohibiera el ascenso al Uluru, que ellos consideran su lugar más sagrado. ¿Os imagináis a miles de turistas en Roma, ascendiendo por la fachada de la cúpula de la sede de la Iglesia Católica o en San Petesburgo, trepando la Catedral de la Sangre Derramada?. Pues cada año y, pese a que los Anangu imploraban al pie de la roca a los turistas que no subieran, imágenes como las de Reuters que acompañan este texto, se repetían cada día. Hoy en día ya no se puede hacer, pese a que las empresas de turismo local siguen insistiendo en ello.

Si queréis acompañarnos tenéis más información en este enlace. 

Comentarios

  1. Cuanto nos queda por aprender a respetar a otros pueblos y sus tradiciones. No todo vale, y no todo puede ser el dinero

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    1. Así es, querid@ amiga@, solo somos predadores analfabetos de todo cuando viajamos, el respeto hacia culturas ancestrales no esta en el decálogo de los turistas masivos, lamentablemente. Saludos

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  2. Sin duda, un lugar especial tanto por cómo se formó, como por el significado para los aborígenes dueños de estas tierras y que nosotros debemos respetar, sin duda es MÁGICO

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    1. algo unico amigo que hemos tenido el lujo de ver, y nosotros, eso si, respetarlo

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  3. Uluru te transporta a millones de años atras y te transmite la espiritualidad de los anangu en cada uno de sus rincones.

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    1. y pese a no verlos a ellos y ellas, se descubre la espiritualidad del lugar en cualquier rincón de la piedra, paz para el espiritu indomable del viajero

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  4. Tener el fortunio de poder visitar este dinosaurio de vestigio es un privilegio que te lleva a meditar lo que somos y por que la tierra está así ahora. Algo impensable en otros vestigios es la regulación y respeto de la cultura y sus moradores como lo han hecho en el ULURU, es totalmente visitable pero regulado con el sentido de sus aborígenes y su tradiciones. Una experiencia única y extraordinaria el visitarlo con ECOWILDLIFE y el turista accidental.

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    1. gracias anónimo amigo, la realidad es que estoy convencido que el turismo de masas no lleva a ningún lado, solo al enriquecimiento de unas cuantas empresas, debemos reflexionar sobre nuestra forma de ver y hacer el turismo, la estupidez humana se acrecienta con un móvil en la mano y el respeto y el buen hacer se dejan de lado ante el ego de tener una foto de aquel u otro lugar, que no nos importa lo más mínimo, ni el sitio ni los que lo habitan. Por cada selfie estúpido, merecemos una reflexión global. Saludos

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