ISLA DE LA PALMA: TIERRA DE CALMA Y ESTRELLAS
Hoy estuvimos mirando al cielo y a los volcanes de la Isla Bonita.
Porque los cielos palmeros son, queridos viajeros, un regalo que nos da nuestra isla, y pese a las cenizas y el volcán, la esperanza de la noche palmera no la vamos a perder.
En la imagen de mi
amigo y fotógrafo Abián San Gil, que ilustra este artículo, una joven mirando la Vía Láctea desde el
Roque de los Muchachos se resume lo
que es la isla de La Palma, la isla bonita y verde de Canarias.
La Palma es tierra
de calma y estrellas, sin duda. Aquí el tiempo se mide de otra manera, como si
la apabullante belleza de su territorio nos obligara a bajar el ritmo y
deleitarnos con la Caldera de Taburiente, ese Parque Nacional fruto de un
desprendimiento inabarcable y rotundo de hace miles de años que ha forjado un
inmenso y abrupto socavón en el corazón mismo de la Isla. Un paisaje de
profundos barrancos salpicados por el pino canario y el agua que corre en su
seno.
Porque en La Palma
deleitarnos es la palabra clave sea donde sea que miremos: el verdor imposible
y rotundo del bosque de los Tiles y el agua que pare el risco en los Nacientes
de Marcos y Cordero; la costa norte de la Isla y sus encantos más ocultos como
el negro refulgente y atractivo de la Playa de Nogales, la hipnótica silueta de
los escarpes costeros de Barlovento, Garafía, Tijarafe o Puntagorda. La áspera pero
agradecida caminata de la Ruta de los Volcanes que termina en Fuencaliente a
los pies de sus Salinas con un atardecer de postal mientras el amigo Andrés del
#Jardín de la Sal, nos deleita con uno de esos platos rotundos, inmensos,
deliciosos . Y aún más con la belleza colonial y empedrada de la Capital, Santa
Cruz de la Palma. Sea donde sea que miremos hay belleza y rotundidad,
tranquilidad, sosiego y paisajes imborrables.
Todo esto aderezado
con el mejor cielo del hemisferio norte para la observación del infinito. Una
isla de calma y estrellas que llena la vista y el alma.
Una recomendación:
a la Palma hay que ir sin horarios rígidos, ni objetivos cuadriculados de ver
cuanto más mejor. Aquí el tiempo es otro y hay que aprovecharlo en cada curva
del camino porque, en cada rincón, esta tierra busca sorprender al viajero, no
importa el pueblo o la ruta que elijamos, la Palma, esa seductora impenitente y
agradecida nos sorprenderá siempre.
Incluso con su
música tradicional nacida de la fusión de los ritmos locales y de Cuba, toda
una escuela de ritmos que ha dado momentos increíbles a través de grupos como
el #Cuarto Son, compañeros de nuestros viajes y agasajos frente a una buena
botella de Lágrima Negra (un vino blanco espectacular) entre el humo de un
auténtico puro palmero de las Breñas.
Si. La Palma es la
Isla de la calma y las estrellas que este año esperamos visitar y descubrir
para nuestros turistas reconvertidos en viajeros. Porque eso es lo que hacemos
en Ecowildlife, mostrarles los lugares que a nosotros nos han maravillado antes
para que ustedes también se enamoren de nuestras islas, de su peculiar encanto,
de sus gentes afables y hospitalarias que te reciben con una sonrisa en los
labios antes de convidarte a una charla con calma, y por qué no, mirando al
cielo brillante protegido de la contaminación lumínica por Ley para use y
disfrute de quienes al viajar, dejan un poco de sí mismos en cada destino. Eso
es lo que hacemos en Ecowildlife, conseguir que nuestros viajeros se enamoren
de nuestra tierra, tal y como nosotros hicimos antes.
Termino con una
visión personal. El tono de mi móvil es la conocida canción de Coldplay A sky full of stars, lo elegí ya hace
unos años en el Roque de los Muchachos, mirando a las estrellas, con mi
compadre Pepe ( José Luis para los amigos, al que ustedes ya conocen), a escasos 3 grados reconfortados con un chupito de #Ron Aldea
(otro tesoro palmero escondido a los pies de Puerto Espíndola), justo cuando
Chris Martin canta
"que eres un cielo,
un cielo lleno de estrellas
al que voy a
dar
mi corazón".
Y es que la Palma es eso, un cielo lleno de estrellas del que
enamorarse loca y perdidamente, sin remedio ni compasión. Ahora les dejo con un corto de mi Isla Bonita y con esa música del Cuarto Son que tanto nos gusta, disfruten del vídeo.
Los viajes son siempre enriquecedores, pero ninguno como este, nos has transmitido tu amor por la belleza de tu tierra y los cielos, rezumando felicidad, relax y conocimientos, compañeros imprescindibles de cualquier viaje. No habria sido lo mismo sin vosotros.
ResponderEliminarSólo lamento, no tener tantos años, para recordarlo, como mi Pato tiene, hablando del servicio militar. Valió la pena esperar.
Ha sido un rayo de sol, compartir la cuarentena, con el maravilloso grupo.
Que guapos estáis con las pelucas, ganas de veros.
Gracias Josefina. La verdad es que cada Islita nuestra tiene un encanto especial y único que nos encanta compartir con ustedes. Espero que lo hayan disfrutado.
ResponderEliminarMuchos ánimos para esta tierra maravillosa y sus gentes. Volveremos a visitaros.
ResponderEliminarHolaaaa María José, q bien saber de ti, gracias por tu comentario, seguro q volveremos a visitarla con más ánimo y más ganas…un beso fuerte.
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