Magia en el interior de Fuerteventura
Juan Ramón Pérez-Ramos
No gana uno para sorpresas en esta Erbania nuestra de playas largas y rubias, de malpaíses negros y tierras heridas por el sol y el alisio.
Si les soy sincero, hasta no
hace mucho pensaba que esas playas,
llenas de extranjeros rubicundos y colorados, eran su principal atractivo y que
el resto de la isla era un secarral castigado por el sol impenitente..
Pero ya esta tierra y sus
gentes afables, hospitalarias y trabajadoras, se han encargado de abrirme los
ojos a otra realidad más cercana a la cultura, la tradición, las costumbres y
los paisajes imposibles lejos de las playas.
He podido mirarme en los ojos
de la familia Mesa de #verdeaurora, abajo en Tenicosquey, entre los Cuchillos
de Vigán; ojos radiantes de orgullo y determinación, sacando adelante un
proyecto de vida para Luis y Aurora. También me he mirado en los ojos azules y
pillos de Juan Manuel, para nosotros el Maestro Salinero de El Carmen,
enseñándonos las salinas de saltadero y por supuesto he visto orgullo,
determinación y futuro en la mirada franca y las manos grandes y bregadas de
Pedro, al enseñarnos en Lajares esas viñas que exprimen hasta la última gota de
humedad de esta tierra para brindarnos con los vinos de Conatvs, un latinajo
que significa nada más y nada menos que esfuerzo.
Todos ellos han ayudado a
formarme otra imagen de Fuerteventura, esa tierra árida y a vez alegre porque
también los ojos de sus gentes transmiten alegría y esperanza. He podido ver el
orgullo en los ojos de Víctor, en su coqueto y pequeño Hotel Mahoh o Marcos en
su restaurante de Villaverde , cuando habla con satisfacción de padre de la
gestión que está haciendo su hija Iria del nuevo hotelito anexo, El Cabo.
Me maravilla esa determinación
que tienen todos por salirse de los estrictos márgenes que impone la antaño
todopoderosa touroperación, una determinación que he visto en todos y cada uno
de los lugares que he visitado estos días en Fuerteventura.
Y es la misma que brilla en
los ojos de Noe, esa pequeña asturiana que un día se enamoró de esta tierra
áspera y que al igual que Unamuno le hizo cambiar su visión para mirar más allá
de las playas y hacerlo desde la perspectiva de una Reserva de la Biosfera casi
recién estrenada.
Son gentes acostumbradas a
trabajar duro, sin mirar el reloj, luchando por un proyecto de vida, de futuro
al que nos ha abocado esta pandemia, mirando el turismo de otra forma, con
otros cánones llenos de naturaleza, sostenibilidad y ciencia ciudadana.
Es un proceso, este de conocer
Fuerteventura, de adaptación a la realidad, que no a la resignación, es mirar
al futuro desde el optimismo y la esperanza y esto también lo he visto en mi
amigo Henry, un gomero que en poco tiempo ha empezado a amar esta tierra
mientras gestiona la flota de Naviera Armas en la isla, perdiéndose con su moto
por los pedregales “mahos”.
Sí, existe otra Fuerteventura
más allá de las playas, más allá de las moles de 500 habitaciones que se pegan
a la costa como lapa al risco, más allá de una Betancuria gentrificada que sin
duda ha visto días no sé si mejores, pero más tranquilos y sosegados, como de
verdad se merece la que fuera primera capital del Archipiélago Canario cuando
Jean IV de Bethencourt fijos sus ojos de pirata en esta isla que le ofrecía lo
que necesitaba: la orchilla o cochinilla de las pencas majoreras.
Sí, definitivamente Fuerteventura es muchísimo más que playas rubias. Fuerteventura es una cueva en Ajuy donde el tiempo parece haberse detenido al sonido de la mar y donde Chari, de Trece Peces decora con “jallos” su tienda pequeña y linda mientras que Inma, justo a su lado en el restaurante, nos ofrece un pescado perfecto, fresco y del día (“del que me traigan los pescadores, mi´jo, miustedeso) y todo a los pies de una playa que no es rubia sino negra y sabrosa.
Fuerteventura esta también
cielo y estrellas desde Lobos a Jandía, desde Antigua, Agua de Bueyes, La
Oliva, Tetir o Morro Velosa donde el alisio derrama la nube húmeda sobre
Betancuria.
En palabras de Armando, de la
Casa del Queso, allí donde las cabras son las reinas y señoras del lugar: el
desierto más bonito del mundo…
Desde Ecowildlife les
invitamos a descubrir, de verdad, Fuerteventura, llámenla como quieran: Erbania,
Maxorata, la tierra de Mahan, de Guise y Ayose, de La Pared y los volcanes
antiguos…y sobre todo más allá de las playas.
En próximas fechas visitamos de nuevo la tierra de Fuerteventura, si quieres acompañarnos descargate la información en este enlace.
Gracias¡ Verles aquí es el primer paso. Significa mucho para todos que nos olvidemos del modelo único de sol y playa de Fuerteventura. Es un win win, ganan los visitantes, gana la isla.
ResponderEliminarGracias a ti por forma parte de este proyecto ilusionante y maravilloso q tenemos todos entre manos
EliminarDespués de leer este artículo escrito por el Sr. Pérez-Ramos tengo ganas de visitar esta isla que intuyo sorprendente y maravillosa. Con Ecowildlife siempre se acierta con los viajes que recomiendan
ResponderEliminarGracias mi niña, te esperamos.
EliminarFuerteventura es uno de esos escasos sitios en el que se mezclan sin molestarse pasado y presente, donde gracias a gente como la que mencionas tendrán un brillante futuro... inhóspita por sitios... salvaje y maravillosa... acogedora como su gente... a mi llegada me comentaron... a Fuerteventura se llega llorando... y se sale llorando... de lo primero, no estoy tan seguro... pero de lo segundo, no me cabe duda... Fuerteventura... una isla maravillosa...
ResponderEliminarLes invito a que la conozcan y leyendo el relato anterior... con Ecowildlife será una experiencia para recordar toda la vida...
Gracias por la recomendación querid@ y desconocid@ amig@, Fuerteventura enamora ahora como lo hizo antaño a Unamuno y a tantos otros viajeros que llegaron a sus tierras, su gente, sus dramático paisaje y su mar hermoso llenan el viaje, gracias por acompañarnos
Eliminarsld
Gracias por este escrito tan representativo de nuestro viaje y por esas fotos y videos. Todo quedará refrescando esas vivencias que hemos tenido en compañia de un agradable grupo, y dirigido de forma organizada y flexible por vosotros José Luís y Juan Ramón. Da gusto dejarse acompañar por esas miradas expertas y conocedoras de una tierra que se ama!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, son maravillosos y es un placer darles a conocer estos tesoros atlánticos q tenemos
ResponderEliminar¡Qué bonito leerte! ¿Te cuento un secreto? Las islas afortunadas lo son también por cada una de las personas, como ustedes, que pasan por nuestras islas, y transmiten su esencia en viajes como este.
ResponderEliminarEso sí que es "turismo de lujo", el que nos ofrece la posibilidad de conocer el lugar y también a sus productores, artesanos, pequeños negocios locales, sus historias y la pasión con que la viven. El turismo consciente, que logra calar en nuestro ser, transcender y querer regresar ¡Qué mayor lujo hay que ese! Muchas gracias Juan Ramón, les esperamos pronto de vuelta ❤️
Soy Ángela 😊
EliminarHola Ángela, muchas gracias por tus palabras, el lujo ha sido conocerles y que nos hayan transmitido tantas buenas sensaciones, tanto amor por esa tierra y que nos ha calado tan hondo. Muchos besos y ....nos vemos muy pronto.
Eliminar