El último paraíso de los buitres. Día Mundial del Buitre 2024.

 

Me habría gustado conocer África cuando era un paraíso para los buitres. En esto pienso mientras observo el sugestivo paisaje desde un puente de hierro en la misma frontera entre Kenia y Tanzania.

El río Mara se acelera en el tramo por el cual estamos caminando. En esta zona, las grandes necrófagas sustituyen a los hipopótamos y cocodrilos que hemos observado en los remansos aguas arriba. El primer buitre que observo en este espectacular escenario es un buitre moteado. Sobre una de las rocas que afloran entre las aguas turbulentas, un ejemplar que parece estar en un plumaje de transición hacia el adulto, llama nuestra atención. El posadero está lleno de las gallinazas de los buitres que deben usarlo con frecuencia. Aquí y allá, se observan decenas de marabúes, alimoches sombríos, buitres dorsiblancos africanos y otros moteados, como severos centinelas de los rápidos.

alimoche sombrío en el ribazo.

La respuesta a mi curiosidad por el motivo de esa concentración de carroñeras en un sitio tan hostil se encuentra encallada en las rocas. Los cadáveres de los ñus muertos por ataques de cocodrilo o ahogados en los vados, están encajados en los cañones que se forman entre las elevaciones pétreas del duro lecho del río.  Un maná que se macera semisumergido al alcance exclusivo de los buitres y marabúes.

Seguramente, esto es lo más parecido a ese edén africano de las necrófagas, con todas las especies concentradas alrededor de los ungulados muertos por los depredadores o ahogados al intentar el mítico salto del río durante la Gran Migración. Pero esta foto fija es engañosa y, quizá, el paisaje casi vacío de buitres de la estación seca es más revelador de la situación actual de las grandes carroñeras por todo el continente. Durante los safaris que hacemos en la época en la que los ejércitos viajeros de antílopes y cebras se encuentran en el Serengeti, al sur del Masai Mara, puedes pasar horas sin avistar un solo buitre. Las grandes águilas, como la rapaz y la esteparia, parecen ocupar su nicho en esta estación, cuando las vemos frecuentemente rondar las capturas de los grandes gatos

Nuestro último vídeo de la Gran Migración donde se ven los buitres en su época de bonanza

Los buitres africanos están en peligro. Se acantonan en los espacios naturales protegidos y desaparecen fuera de ellos debido a las actividades humanas. Sería largo enumerar todas las amenazas, algunas ya conocidas como el crecimiento demográfico y la destrucción de hábitats asociada. Sin embargo, existen otras menos conocidas pero muy importantes, como el llamado envenenamiento centinela, en el que los furtivos envenenan, por ejemplo, el cuerpo de un elefante para que las carroñeras no adviertan a los rangers de su posición. Se registró un caso con ciento noventa y un buitres envenenados con la ponzoña que rociaba el cadáver de un solo elefante. Los buitres muertos son recuperados en muchas ocasiones por los brujos para usar sus partes en la medicina tradicional. Un terrorífico círculo vicioso africano.

El gran árbol muerto aislado en la inmensidad de la sabana, solitaria percha donde se solea la pareja de torgos, se me antoja una triste metáfora del declive de su antaño gloriosa estirpe.

La pareja de torgos nos devuelve una imagen elegiaca del paraíso de los buitres africanos. ¿Cuánto tiempo podremos seguir observando su imponente figura en las soledades africanas?

El próximo puente de la Constitución salimos de nuevo a los territorios de las llanuras del Serengeti, si nos quieres acompañar tienes toda la información en este enlace.

JOSÉ CARLOS DE LA FUENTE