HISTORIAS DEL VERANO(III): CEBOLLAS Y CABAÑUELAS PARA PRONOSTICAR EL TIEMPO
Publican estos días los medios a través de agencias algunas
curiosidades sobre el tiempo que hace en España y el cambio climático y cosas
de esas. Dice un refrán popular que “Cuando el sabio señala la luna, el necio
se fija en el dedo” y a veces eso nos confunde como al Dinio cubano
Juan Manuel de los
Santos, un profesor de Secundaria y Químico de Valverde del Camino (Huelva) y
anda de moda estos días ya que dicen los que le conocen que cuando mira al
cielo no falla, sabe el tiempo que hará pero sobre todo, sabe el tiempo que
hará ¡¡¡ el año que viene!!!.
De los Santos ha
realizado un doble estudio meteorológico basado en métodos tradicionales de la
cebolla y cabañuelas, y ambos coinciden en que el verano de 2014 será cálido e
ideal para el turismo, con los lógicos picos de temperaturas y fallos de un
método que tiene, como él mismo admite, “poco de científico y mucho de
tradición”.
Por concretar, las cabañuelas se basan en el conocido como
“Calendario Zaragozano”, y en un trabajo constante de mirar al cielo “que
asigna cada día de inicio de agosto a un mes del año siguiente -el 1 es enero,
el 2 es febrero, etcétera…- para luego empezar una cuenta a la inversa: el 13 de
agosto es diciembre y el 14 es noviembre, de modo que el 24 corresponde de
nuevo al mes de enero.
Este método divide el día en tres periodos de ocho horas y
el mes en tres partes, “y en función de cuándo aparezcan esos nublados se hacen
las cuentas y se sabe la actividad que va a haber, aunque tiene fallos lógicos,
porque hay que dormir y no se puede mirar el cielo las 24 horas del día, pero
hay equipos de gente que lo hace”.
Mucho más curioso resulta el conocido como “método de la
cebolla”, que consiste en sacar doce semiesferas de cebolla y orientarlos, en
una azotea donde dé continuamente el sol, desde suroeste al nordeste, con un
poco de sal a cada cuenco, de modo que a cada cuenco se asigna un mes del año
siguiente “y el 13 de agosto se mira qué cuenco mantiene la sal y no se ha
convertido en agua, y en el que la sal se ha hecho agua va a ser un mes
lluvioso”.
Con ambos métodos, Juan Miguel de los Santos pronostica, con
cierto margen de error, que el verano de 2018 será cálido de forma constante de
julio a septiembre, que será un año menos lluvioso que sus dos anteriores, y
que de enero a marzo habrá “mucha actividad meteorológica” que se puede
traducir en lluvias y temperaturas bajas”
Y ahora vas y lo cascas para que se cabreen los del tiempo
que están todo el día con el Meteosat a cuestas. Desde luego para algunas de las salidas que hacemos desde Ecowildlife, nos viene de coña.
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