EGIPTO: LA HISTORIA DEL NIÑO (ABU) SIMBEL

Estos días paseando por los templos de Egipto y navegando por el majestuoso río Nilo, pensaba que debe haber pocas personas que no hayan soñado con hacer esos mismos caminos que hoy nosotros hacemos, tal es la satisfacción que embarga cuando entras en esos increíbles templos tallados en piedra y en los dibujos que hace miles de años, delicadas manos de artistas grabaron sobre ellas. Estos días he escuchado a los viajeros expresiones únicas, siendo la más sobresaliente y la que creo que más retrata esas sensaciones la escuchada a una viajera cuando soltó un día al salir de una de esas maravillas "estoy sobreexcitada", sin duda glorioso el epíteto y el mejor resumen a unas jornadas de descubrimiento y emociones.

El gran templo de Abu Simbel, uno de los mayores tesoros arqueológicos del antiguo Egipto que data del siglo XIII a. C., estuvo en riesgo de desaparecer a mediados del siglo XX por la construcción de la represa de Asuan, sobre el río Nilo. Sin embargo, la Unesco lideró un complejo proceso de traslado de las enormes piezas para evitar su hundimiento.

El vídeo del gran templo de Abu Simbel

La Campaña de Nubia fue propuesta por la Unesco en marzo de 1960 a petición del gobierno egipcio. Pero el proyecto comenzó solo hasta abril de 1964. Tras cuatro años y medio de arduo trabajo bajo el ardiente sol del desierto de casi un millar de personas, entre quienes se encontraban ingenieros, arqueólogos y otros expertos, y de una inversión aproximada de 36 millones de dólares de la época, la operación arqueológica finalizó con éxito en septiembre de 1968.

Toda esa majestuosidad, toda esa increíble beldad, tiene su cenit en el fastuoso Templo de Abu Simbel. Quien pasa a la historia como descubridor del templo un antiguo artista de circo conocido como Giovanni Belzoni en 1816. El italiano rescató de las arenas del desierto el gran templo funerario de Ramsés II. Pero realmente el que lo descubrió fue un niño de un poblado nubio local que le enseño la gran cabeza de Ramsés que sobresalía en la arena y donde el niño pasaba horas jugando.

Las gigantescas estatuas osirica del interior del templo.Foto de Pilar López Burbano

El pequeño Simbel, paseaba siempre acompañando a extranjeros acercándolos al templo que descubrió y hoy lleva su nombre "el niño (abu) Simbel" y por el que, con nuestros viajeros, recorremos varias horas de viaje para sorprendernos ante tan magnifico ejemplo de las construcciones de los faraones egipcios durante varios miles de años.