RUSIA(I): LAS NOCHES BLANCAS ¡PAN Y SAL VIAJERO!
En la Federación Rusa y otros países eslavos existe la tradición de celebrar una bienvenida entregando pan y sal al visitante. Cuando se recibe la visita de una personalidad importante, respetada o admirada, o simplemente a un visitante al que se quiere agasajar, se le ofrece una hogaza de pan con sal colocada sobre un rushnik (bordado típico ruso).
Esta tradición dio origen a la palabra rusa que expresa la hospitalidad de una persona: "khlebosolny". En general, la palabra "pan" se asocia en la cultura rusa con la hospitalidad, el pan es el alimento más respetado, mientras que la sal se asocia con la larga amistad. También es un saludo tradicional ruso "Khleb da sol!" (Хлеб да соль! "Pan y sal"). La frase es pronunciada por un huésped que llega como una expresión de buenos deseos hacia la casa del anfitrión. Así que esa es la primera frase que deberíamos aprender al llegar al país más grande del mundo en extensión con más de 17 millones de kilómetros cuadrados.
Partimos en un nuevo viaje hacia Rusia para celebrar la noche más larga del año, la noche del solsticio de verano donde apenas se pone el sol durante las 24 horas del día y de camino, recorrer durante una semana las dos grandes capitales de lo que fuera el Gran Imperio Ruso, San Petesburgo y Moscú. Para conocer de cerca la que fue casa de los zares, del ideólogo Lenin, del sátrapa Stalin y como no la casa de Tchaikoski, de Tosltoi y de la gran Plisestkaya. De todo lo vivido podréis seguir nuestros pasos en este blog y disfrutar de las fotos en este enlace de la web.
Esta tradición dio origen a la palabra rusa que expresa la hospitalidad de una persona: "khlebosolny". En general, la palabra "pan" se asocia en la cultura rusa con la hospitalidad, el pan es el alimento más respetado, mientras que la sal se asocia con la larga amistad. También es un saludo tradicional ruso "Khleb da sol!" (Хлеб да соль! "Pan y sal"). La frase es pronunciada por un huésped que llega como una expresión de buenos deseos hacia la casa del anfitrión. Así que esa es la primera frase que deberíamos aprender al llegar al país más grande del mundo en extensión con más de 17 millones de kilómetros cuadrados.
Partimos en un nuevo viaje hacia Rusia para celebrar la noche más larga del año, la noche del solsticio de verano donde apenas se pone el sol durante las 24 horas del día y de camino, recorrer durante una semana las dos grandes capitales de lo que fuera el Gran Imperio Ruso, San Petesburgo y Moscú. Para conocer de cerca la que fue casa de los zares, del ideólogo Lenin, del sátrapa Stalin y como no la casa de Tchaikoski, de Tosltoi y de la gran Plisestkaya. De todo lo vivido podréis seguir nuestros pasos en este blog y disfrutar de las fotos en este enlace de la web.
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