RUMANIA: OSOS Y SUS INTERACCIÓN CON LOS AGRICULTORES


Seguimos nuestro safari en el parque nacional Piatria Crauliu en Rumanía. Buscamos osos al amanecer desde  una de las suaves colinas del interior de Transilvania.  Hacia el lado en el que tenemos puesto el foco, los pastizales y los cultivos se funden con los robledales. Aquí es donde hicimos avistamientos ayer. Una osa con cachorros que pudimos observar con la cámara térmica y un macho que dejaba los campos y regresaba a los bosques para ocupar su cama diurna.

Sin embargo, hoy nos han sorprendido en el lado opuesto. Una osa y sus tres cachorros de este año se alimentan en unos campos agrícolas junto al bosque de ribera que resigue un pequeño río en el fondo del valle. Entre nosotros y la familia, una carretera. A la izquierda de los campos, un pueblecito y a la derecha una cantera de extracción de áridos.

Los días van acortando en los Cárpatos rumanos, y según el criterio de nuestro colega rumano, Alex Gridan, los avistamientos crepusculares se van complicando. Sobre todo por las tardes, los osos se toman su tiempo para iniciar su jornada, con las horas de segura oscuridad en aumento. Por las mañanas, estamos teniendo más suerte pues los observamos acabando la jornada.



Vídeo de los osos en nuestra expedición.

Nuestra familia se alimenta de alfalfa en el campo durante una hora larga antes de abandonar el escenario. Mientras ellos pastan y escarban, los recolectores de patatas han empezado ya su dura jornada a menos de trescientos metros de los cuatro plantígrados. En la cantera la actividad extractiva produce ruidos que nos llegan con estruendo y el tráfico de la carretera empieza a aumentar con el tránsito de coches y camiones. Osos y humanos no interrumpen su quehacer cotidiano por la cercana presencia de los otros, aunque los más conscientes son sin duda los osos, si atendemos a como  la madre levanta la cabeza para vigilar durante todo el rato.

Alex me comenta que conoce a esta osa. Tiene una mancha amarilla muy característica en un costado derecho que se repite en uno de sus esbardos (precisamente uno que cojea un poquito). Su veteranía le va a permitir sacar adelante sin problemas a los tres revoltosos cachorros con toda seguridad. Se ha instalado en el fondo del valle, con un refugio en el bosque galería seguro, lejos de los grandes machos infanticidas y ocultos de los humanos entre los que coexisten. Otra hembra más inexperta haría cruzar la carretera a su prole a diario, conduciéndola quizá a cultivares más tranquilos, y eso incrementaría mucho el riesgo de atropello de alguno de ellos.

En cambio nuestra osa sabe cómo aprovechar el maná de los campos cercanos al pueblo. Cada vez más, voy entendiendo más que casi siempre que cuentas historias de osos, en el subtexto suele estar la maternidad.


TEXTO Y MATERIAL GRÁFICO
JOSÉ CARLOS DE LA FUENTE

Comentarios

  1. Enhorabuena por el blog, y la literatura,un deleite para los sentidos. Un saludo agradecido!

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    1. gracias a ti Laura por querer compartir este humilde blog, muy agradecido y emocionado de tu comentario, espero que podamos compartir contigo muchos más viajes y textos.Saludos

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  2. Hola Laura, muchísimas gracias por tu comentario tan amable. Es un verdadero placer encontrarte por aquí también. Un abrazo, amiga.

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