ECUADOR:PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DEL SOMBRERO DE PAJA TOQUILLA


El “Tejido tradicional del sombrero de paja toquilla ecuatoriano” fue incluido en diciembre de 2012 por la Unesco en su lista de Patrimonio de la Humanidad y le fuer otorgado a Ecuador por esta manifestación de la artesanía y tradición ecuatoriana, que se ha mantenido durante siglos. El sombrero fue introducido en la  Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad como lo son en España el Silbo Gomero, el canto de la Sibilia o el Misterio de Elche entre otros.

El sombreo denominado "Panamá" ha sido siempre atribuido a los panameños, pero nada más lejos de la realidad. Es bien cierto que la fama se la llevan los vecinos del istmo pero todos los sombreros son fabricados en Ecuador desde hace décadas constituyendo una de las fuentes de financiación de muchas comunidades indígenas. El sombrero de paja toquilla se teje con las fibras de una palmera peculiar que crece en las costas del Ecuador. Los agricultores del litoral cultivan los toquillales y recogen los tallos a fin de separar luego la fibra de la corteza verde, hirviendo esta última para eliminar la clorofila y secándola después con carbón de leña y azufre para que se blanquee.

Con esta materia prima, los tejedores comienzan el tejido de la copa y del ala del sombrero. El tejido de un sombrero puede durar de un día a ocho meses, según su calidad y finura. En los mercados de Otavalo se pueden comprar algunos muy aparentes por 20 dólares, pero en la fábrica más antigua de Cuenca, la de Homero Ortega se pueden encontrar piezas de 3.000 euros. En la comunidad costera de Pile, los tejedores confeccionan sombreros extrafinos que requieren la existencia de condiciones climáticas específicas y un número exacto de puntos en cada hilera del tejido. Finalmente se lava y se blanquea el sombrero antes de plancharlo y hormarlo.

Hasta Cuenca llegan pedidos de todas partes del mundo y ellos exhiben orgullosos las fotografía de famosos llevando sus tradicionales Panamá, la pamela de Julia Roberts en Pretty Woman, los borsalinos de Jennifer López, los elegantes sombreros de Sir Sean Connery, los curiosos del pirata más famoso Jack Sparrow y así decenas de fotografía jalonan los estantes de Homero Ortega.

Los tejedores son en su mayoría familias campesinas de las zonas de la costa, las técnicas de tejido van pasando de generación en generación y al tejerse en el hogar, la observación y la imitación más que la teórica juegan un papel importante desde una edad muy temprana. Todo el complejo proceso de  técnicas y conocimientos, acaban englobando una trama social muy dinámica que comprende, entre otros elementos, las técnicas tradicionales de cultivo y producción, diversas formas de organización social y el uso del sombrero como parte de la indumentaria cotidiana y festiva. Hemos visto cholas de Cuenca con sombreros de altísimo nivel, también indígenas cañari con una pamela muy tradicional y hombres en todas las comunidades que lo llevan como símbolo de ostentación y pertenencia. Para las comunidades que la perpetúan, esta tradición artesanal constituye un rasgo distintivo de su identidad y un componente de su patrimonio cultural.


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