ARTISTAS DE LA NATURALEZA: FORJANDO EMOCIONES

                          Cuento entre mis amigos excelentes naturalistas a la par que grandes artistas, tal es el caso de José Alberto Puertas, un gran fotógrafo del que tengo decenas de obras compartidas y al que suelo  acompañar en algún que otro taller fotográfico de los que realizas. También al autodidacta José Arcas que pintar y esculpe aves y animales como ninguno y con el que compartimos aficiones y grandes charlas.

Estos días andamos por Noruega y nos hemos acercado a conocer a Tor Vergand, un exmarinero y exmilitar que desde hace años se ha recluido en un fiordo pequeño de las Islas Lofoten y mantiene un museo de curiosidades del mar y de objetos sacados de barcos y factorías de pescados que miles de turistas visitan en verano. Si, en verano ya que en invierno está cerrado y Tor se dedica a crear esculturas de hierro de cormoranes que luego les vende a esos turistas.

Tor maneja la fragua con conocimiento, una vieja fragua y un viejo torno en el pequeño pueblo pesquero de Sund, en la isla de Flakstadøya.Estos cormoranes se han fabricado aquí durante más de cincuenta años, y los visitantes pueden pararse en el cálido resplandor de la fragua y observar al herrero mientras modela los largos cuellos de los cormoranes. Tor-Vegard Mørkved heredó la fragua del "viejo herrero" Hans Gjertsen comenzó aquí como una pequeña empresa en la década de 1960. De estas aves incluso el rey Olav V, el que construyo la carretera que une todos los islotes del archipiélago y cuyo nombre adopto la vía, fue obsequiado por Hans con una escultura de sus cormorans cuando se inauguró la carretera de Lofotveien en 1963. Tor-Vegard ha dirigido la herrería desde 1989.

El cormorán negro habita en estas costas y se le ve  a lo largo del borde del océano abierto, donde se encuentra secando sus alas antes de su próxima inmersión. Los pescadores locales, descendientes de los antiguos vikingos,  tienen muchas creencias sobre ellos. La leyenda de Utrøst, la tierra de los escondidos huldre -folk, un mito de una tierra hundida como la Atlántida, habla de un país feliz bajo el mar donde abundan los hígados de bacalao, gachas de crema ácida y pan. Cuenta la leyenda que algunas de las aves que vemos en la costa provienen de este mundo submarino y han tomado la forma de cormoranes. Sea o no cierto, la verdad es que pasar por la fragua y ver como se fabrican estas obras de arte a la vez que Tor nos cuenta sus leyendas, es una buena idea para dejar correr las horas en la frías horas de las noches árticas.

Que disfrutéis del vídeo y si queréis acompañarnos a visitarlo en nuestra próxima salia, tenéis toda la información en este enlace.

Comentarios

  1. Buen ratito pasamos en el taller de tal artista. La verdad es que es un lujo poder visitar el taller y contemplar un poco del proceso de estas pequeñas maravillas de hierro forjado.

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