MIS MUSEOS (IV). DESPEDIR EL AÑO EN ESTEPA

He estado muchas veces en Estepa, pero es especial cuando uno puede estar en estas fechas. Hoy llovía a mares, pero me apetecía comprar mantecados para la familia. He recorrido con mi cuñao los más de cien kilómetros desde Sevilla a Estepa y al entrar al pueblo, he buscado el olor a mantecados, pero la lluvía solo hacía llegar el olor a humedad.

El Museo del Mantecado, en la sede de La Estepeña, el momumento a la mujer estepeña, representado por una elaboradora de mantecados y todas las historias alrededor del dulce andaluz que llena las mesas en estas fiestas, me han devuelto a la infancia. Probablemente Estepa es uno de esos sitios que le gusta a mi amigo Gontzal retratar.

He comprado la caja más grande que había en la tienda, la de cinco kilos, recuerdos de cuando mi padre la traía por Navidad hace más de treinta años. Ya no llevan almanaques pero la verdad es que da igual. Después he comprado roscos de vinos, hojaldrados y algún artesanito.

Nos hemos paseado por otras tiendas como  El  Patriarca, el Mesias, El Santo, San Pablo..., he disfrutado como cuando era niño y depués en el Museo he recorrido uno por uno los figurantes de cartón piedra. La mejor forma de despedir este 2013.

Felicidades a todos para 2014. Y que al menos este dulce post sea un adelanto de lo que nos depare el próximo ejercicio.

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