GRANADA: PASEANDO EL SACROMONTE
La loma donde vive el Sacromonte es seca, salpicada de pitas y chumberas y con miradores hermosos desde donde podemos sucumbir a la hermosura de la mora Alhambra, las laderas blancas del caserío albaicinero y el verdor del Valle de Valparaíso por donde discurre el Darro. Clarooscuros del sol de invierno que no dejan de maravillarnos.
Las cuevas del Sacromonte se agrupan en torno a barrancos, formando así una especie de calles. Cons sus empedrados, rincones, plazuelas, fuentes y descansos. Las cuevas más famosas son las Zambras: espaciosas, blancas y adornadas de cacharros de brillante cobre y donde se come, se baila, sea aloja uno y hasta es posible aprender idiomas. Las de la cima son las más humildes donde viven gentes sencillas con pequeños jardines y paredes encaladas.
Las cuevas del Sacromonte en Granada han sido hogar durante siglos de gitanos, bohemios y artistas flamencos. Cada día son más los que se dedican al turismo, pero cada día, afortunadamente somos más, los que nos hemos enamorado del lugar y subimos a paso tranquilo a beber de la inalterable hermosura de este barrio antiguo.
Al finalizar el paseo, sentado sobre un viejo banco, oliendo a cocido y a marihuana de unos gitanos que charlan plácidamente, nos tomamos una cerveza en casa de los Mayas, con el sol dando de frente y la Alhambra saludando en la placeta que llevo el nombre de la dinastía flamenca.
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