Cuando el cielo baila: comienza la temporada de auroras boreales


Hay noches en que el cielo no se conforma con ser cielo. Se convierte en un lienzo vivo, una colorida pintura natural, una sinfonía de luces que bailan al ritmo de fuerzas invisibles. Las auroras boreales, ese fenómeno que parece arrancado de nuestros sueños, regresan con fuerza este septiembre, marcando el inicio de una temporada que promete ser histórica.

Y ello porque el Sol atraviesa ciclos de aproximadamente 11 años, durante los cuales su actividad —medida por el número de manchas solares, erupciones y eyecciones de masa coronal— aumenta y disminuye. En el máximo solar, en el que nos encontramos, el Sol está más inquieto: lanza más partículas cargadas hacia el espacio, y cuando estas chocan con el campo magnético de la Tierra, se producen auroras más intensas y frecuentes.

Precisamente, 2025 y 2026 nos marcan el pico del ciclo solar, según predicciones de la NASA y la NOAA, este último el organismo que se encarga de supervisar el estado del tiempo espacial, incluyendo tormentas solares y actividad geomagnética que afecta las auroras. Este aumento de actividad solar genera tormentas más potentes, lo que intensifica las auroras boreales.

Las auroras podrían ser visibles incluso en latitudes más bajas, como ocurrió en 2024, cuando se vieron desde lugares tan insólitos como España y Canarias.

Vídeo de las primeras aurora boreales de la temporada

Las auroras boreales nacen del encuentro entre partículas solares cargadas y el campo magnético terrestre. Cuando estas partículas chocan con los gases de la atmósfera —oxígeno, nitrógeno— se produce una explosión de color: verdes eléctricos, violetas suaves, rojos intensos. Este año, el ciclo solar alcanza su punto álgido, lo que significa más tormentas solares, más eyecciones de masa coronal y, por tanto, más auroras visibles incluso en latitudes insospechadas.

Según la NASA y la NOAA, 2025 será uno de los mejores años de nuestra generación para observarlas. Las Islas Lofoten, Tromsø en Noruega, la Laponia sueca, Islandia, Fairbanks en Alaska y Yellowknife en Canadá se perfilan como los altares donde este ritual cósmico se celebrará con mayor intensidad.

Nuestra revista de auroras boreales
El final del verano marca el inicio de la temporada auroral. Septiembre es especial: cielos despejados, temperaturas suaves y aún suficiente luz diurna para explorar paisajes antes de que la noche revele su espectáculo. Es el mes en que la naturaleza se prepara para el cambio, y el cielo lo anuncia con su propia ceremonia de colores.

Desde tiempos antiguos, las auroras han sido interpretadas como señales divinas, espíritus danzantes o presagios. En la mitología nórdica, eran reflejos de las Valkirias cruzando elfirmamento. En la ciencia moderna, son el resultado de complejas interacciones electromagnéticas. Pero incluso con toda la explicación racional, hay algo que permanece intacto: el asombro. Y en Ecowildlife Travel estaremos un año más allí para guiarles en este descubrimiento de cielos imposibles.

Ver una aurora boreal no es solo mirar al cielo. Es sentir que el universo tiene voz. Que hay belleza en lo invisible. Que, por un instante, la Tierra y el Sol se susurran secretos nocturnos que solo los ojos atentos pueden descifrar en una explosión de colores.

Podéis descargaros nuestra revista de auroras boreales y los países que visitamos desde este enlace.

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