Hemos tenido un taller de rastros el
Club de amigos de ECOWILDLIFE en las estribaciones del Parque Natural de la Montaña de Monserrat, cerca de la localidad de Monistrol y en las orillas del río Llobregat. Todo un descubrimiento el lugar donde no nos imaginábamos que lograríamos conseguir, aparte de los conocimientos aplicados por nuestro naturalista José Carlos de la Fuente, una mañana estupenda de avistamientos de aves y de rastros de carnívoros semiacuáticos.
El seguimiento de rastros es la mejor herramienta para los naturalistas y aficionados principiantes que comenzar a tener un vasto conocimiento de los animales que viven en las cercanías de los asentamientos humanos y poder reconocer sus huellas y señales y aprender a esperarlos para poder contemplarlos en libertad. El otoño con sus humedades nocturnas es u momento muy bueno para ver huellas y rastros en los caminos.
En este tramo del río se pueden observar sin ninguna dificultad rastros de jabalí
( Surs crofa) como son sus huellas en el barro, sus hábitos de alimentación o sus “bañeras” en las charcas y rascadores sobre los árboles, también la huellas del corzo
(Capreolus capreolus), del dañinos visón americano
( Neovison visos), huellas y restos de comida, la gineta ( Genetta genetta
), la activa garduña
(Martes foines) y podemos aprender a distinguir las huellas de perro doméstico de un zorro
(Vulpes vulpes). Todos ellos habitantes habituales de entornos habitados.
En cuanto a las aves no solo podemos observar su comportamiento y conocer a aquellas que viven cerca de nosotros sino que además, podemos tener avistamientos interesantes sobre los tejados de nuestras casas como el de un Águila perdicera
(Hieraetus fasciatus) o Garza Real
(Ardea cinérea) y como no localizar por su canto al petirrojo
(Erithacuus rubecula), a la curruca capirotada(Sylvia astricapilla) o al Mirlo
(Turdus merula) y siguiendo sus rastros alimenticios como son caracoles al zorzal charlo
(Turdus Vyscivorus).
En definitiva el conocimiento de nuestro entorno más cercano, de los parques y jardines de nuestro pueblo o ciudad y los prados cercanos a nuestra casa, nos permitirán jornadas divertidas de biodiversidad como los más pequeños de la familia.
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