MARRAKECH(V) LA DIETA MEDITERRÁNEA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD


Hoy  tengo mi primera y única tarde libre en este viaje de conocimiento y relación en la bella ciudad de Marrakech con Ecowildlife. Y como siempre, aprovecho para pasear por la sin par y Patrimonio de la Humanidad plaza de Jaama el Fna, como ya hiciera otras veces que he venido.

Vengo a pasear, a ver, a oler y hoy, a cenar en la concurrida y bulliciosa plaza. Decenas de pequeños restaurantes la inundan, en todos ello se sirve comida tradicional, en todos ello se sirve, si asómbrense, la famosa dieta mediterránea de la que tanto presumimos los españoles. Y es que la dieta mediterránea es patrimonio de la humanidad que compartimos con los árabes por tratarse de "un conjunto de competencias, conocimientos, prácticas y tradiciones relacionadas con la alimentación humana, que van desde la tierra a la mesa, abarcando los cultivos, las cosechas y la pesca, así como la conservación, transformación y preparación de los alimentos y, en particular, el consumo de éstos".


Es decir, no se trata solo de lo que comemos, sino como llega a nuestra boca esa comida, como se cultiva o transforma y la relación del ser humano con la misma. En el modelo nutricional de esta dieta, que ha permanecido constante a través del tiempo y del espacio, los ingredientes principales son el aceite de oliva, los cereales, las frutas y verduras frescas o secas, una proporción moderada de carne, pescado y productos lácteos, y abundantes condimentos y especias, cuyo consumo en la mesa se acompaña de vino o infusiones, respetando siempre las creencias de cada comunidad. Y como no, aunque mucha gente lo olvide, los árabes denominaron el mediterráneo, dominaron Andalucía, dominaron y vivieron once siglos en nuestra Europa y de su cultura, si de su cultura, nos quedo buena parte de esa impronta. 

La dieta mediterránea –cuyo nombre viene de la palabra griega diaita, que quiere decir modo de vida– "no comprende solamente la alimentación, ya que es un elemento cultural que propicia la interacción social, habida cuenta de que las comidas en común son una piedra angular de las costumbres sociales y de la celebración de acontecimientos festivos. La dieta mediterránea ha originado además un conjunto considerable de conocimientos, cantos, refranes, relatos y leyendas".
La dieta mediterránea, está arraigada en una actitud de respeto hacia la tierra y la biodiversidad y garantiza la conservación y el desarrollo de actividades tradicionales y artesanales vinculadas a la agricultura y la pesca en muchas comunidades de países del Mediterráneo, como Soria en España, Koroni en Grecia, Cilento en Italia y Xauén en Marruecos. Además y por si fuera poco, la mujer "desempeña un papel fundamental tanto en la transmisión de prácticas y conocimientos específicos sobre rituales, gestos y celebraciones tradicionales, como en la salvaguardia de técnicas. Y yo lo he comprobado esta noche en la plaza.


Mi menú ha consistido en aceitunas recolectadas por manos sabias, mayormente femeninas, en los campos de Marruecos; guiso (tanjina) de patatas, zanahorias y carne de vaca, guisado por una oronda bereber; calamares pescados por pescadores marroquís en sus pateras del banco pesquero saharahuí; pinchitos morunos adobados de pollo y cordero criados en los campos del bajo Atlas y de postre, zumo de naranja recién exprimida del naranjal de Marrakech y dátiles "lagrimas de Dios" arrancado del palmeral costero por jóvenes que se suben sin más protección que una cuerda a las altas palmeras. Un manjar por solo cinco euros que me ha sabido a gloria y que me ha valido este post sobre el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de nuestra cocina mediterránea que compartimos, entre otros, con Marruecos. Buen apetito viajero.

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