INDONESIA: EL SALVAJE PARQUE NACIONAL WAY KAMBAS EN SUMATRA


El Parque Nacional de Way Kambas es un parque nacional que abarca 1300 kilómetros cuadrados en la provincia de Lampung, en el sur de Sumatra, Indonesia. Un lugar aún por explotar por el turismo pero con endemismos naturales únicos que lo hacen imprescindible en la agenda del naturalista. Se llega a un pequeño aeropuerto desde donde con un chofer local hacemos dos horas de conducción hasta llegar a la entrada del parque.

Se compone de bosques pantanosos y bosques pluviales de tierras bajas, sobre todo de crecimiento secundario como consecuencia de la tala extensiva en los años 1960 y 1970.1​ A pesar de la disminución de las poblaciones, el parque aún tiene algunas especies únicas en peligro de extinción como los tigres de Sumatra, elefantes de Sumatra y rinocerontes de Sumatra. También se pueden observar aves, con al menos 400 especies presentes en el parque.

La infraestructura en el parque es escasa solo un ecolodge y sus guías son los encargados, de forma precaria de introducirnos en los ecosistemas del parque, que de igual forma, cuenta con escasas estructuras y sus vigilantes se esfuerzan en hacerse entender con los clientes con cuatro palabras de inglés.


Llegamos en la búsqueda de los tres grandes mamíferos que habitan estas lagunas y charcas aluviales que son regadas por el rio Kalibiru y el río Way Cana. Una barca de madera que a duras penas se mantiene sobre el agua, nos traslada al interior del parque donde iniciaremos uno de los senderos más peligrosos que he hecho en mi vida. Sin apenas protección más que un machete, nuestro guía se adentra en el bosque enseñándonos las plantas que lo pueblan. Un bosque denso sin apenas sotobosque y donde las sanguijuelas se aprovechan al instante de nuestros tobillos. Este es el hogar del tigre de Sumatra y las cámaras colocadas por los científicos nos lo corroboran. Vemos su huellas, sus excrementos y en un momento del trekking sentimos su presencia muy cerca con un fuerte olor a orín, lo que nos hace retroceder, al guía por precaución y a nosotros por la escasa fe en su arma de defensa. Quedan unos escasos 20 tigres en el parque, lo hemos tenido cerca pero hemos sentido el riesgo muy cerca.


Seguimos bordeando riachuelos y sotobosque y las señales de diferente fauna nos siguen indicando lo salvaje de este parque.Un panal de abejas destrozado por un oso besozo, las huellas del tapir asiático que deambula en la noche y sobre todo el rastro del escaso elefante asiático de Sumatra, una subespecie en peligro crítico del que apenas quedan unos 200 ejemplares. El olor a excremento y el ruido en el interior del bosque nos indican su presencia.Vamos andando y las hembras recién paridas son peligrosas. Les vemos al fondo en la espesura y solo alcanzo a escuchar el grito del guía "¡dangerous!. Esta vez su arma es algo más que el machete. Una botella de agua que agita y golpea haciendo ruido para espantar a la manada de hembras y crías.Su estrategia da resultados, con esta y con dos manadas más que encontramos en nuestro trekking. Insistimos que este trekking no es nada seguro y que no recomendamos su uso, pero es lo único que existe en el parque.



El tercer gran animal del parque es el rinoceronte de Sumatra. Animal extinguido en el parque y casi en Sumatra por la caza furtiva, hoy se recupera en un centro auspiciado por diferentes organismos entre ellos la Fundación Internacional del Rhino y donde se han traído varios animales desde zoos de todo el mundo. Aquí trabajan diversas universidades americanas para conocer de cerca a este animal, sus hábitos y costumbres con el fin de poder reintroducir a la selva en un futuro próximo a este emblemático animal. 

De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, el rinoceronte de Sumatra es una especie representada por menos de 80 individuos. De esos, la mayoría están en Borneo y en la isla que da nombre al animal. Dado el panorama que enfrenta actualmente el rinoceronte de Sumatra, resulta más que esperanzador el que un nuevo ejemplar haya visto la luz en medio de la crisis que enfrenta su especie.

El alentador suceso tuvo lugar en el Parque Nacional de Way Kambas. 
AFP PHOTO / MINISTRY OF ENVIRONMENT AND FORESTRY

Pese a nuestro esfuerzo por visitar el santuario, una mala gestión en un país eternamente burocratizado, nos impidió entrar en el santuario donde han nacido ya dos crías que en un futuro serán reintroducidas al parque. No obstante poder estar allá y poder ver el esfuerzo de aquellos mismos que robaron su territorio al rinoceronte y le hicieron desaparecer del parque, nos pareció ya un premio suficiente para nuestra curiosidad.


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