NORUEGA: LA DUREZA DE LA VIDA DE LOS HOMBRES Y MUJERES DEL MAR



En las escapadas que hacemos cada invierno al Ártico buscando las auroras boreales, los paisajes nevados, los alces y los renos y el conocimiento y el acercamiento a las culturas locales de los archipiélagos de Vesteralen y Lofoten en Noruega, son nuestra prioridad pero también, tenemos la oportunidad de conocer a las gentes del mar, con quien pasamos algunos momentos y nos enseñan el legado de sus ancestros, que pervive y perdura ahora que el petróleo y el gas forman los pilares básicos de la economía de uno de los países más ricos del mundo.

En ese tránsito, solemos apostarnos a la llegada de los barcos que cubren la temporada del bacalao y el arenque en el muelle pesquero de Andenes, la localidad más al norte de las isla de Andoy. En invierno la nieve cubre las pasarelas y malecones, también los barcos que se refugian a pasar la noche. Todo parece en calma, todo se pausa en invierno, pero es una falsa realidad, las luces de las naves están 24 horas encendidas, en su interior las maquinas que despiezan y envasan no paran, las mujeres y hombres que se encargan de ese trasiego en la gélida nave apenas hablan, no sonríen, solo tienen un objetivo, acabar con la carga del último pesquero que mañana debe estar en los mercados europeos.

Un barco llega, a su llegada, incluso en la noche ártica, las gaviotas y los charranes se arremolinan en sus vaciadores, con la sangre del pescado limpio también caen al agua trozos de peces o peces enteros que son desechados. El capitán trae cara de cansado, lleva 48 horas sin dormir, deben descargar rápido y volver al mar mientras dure la zafra. El preciado bacalao skrei ha tomado el fiordo y los siete mil kilos de captura que trae en sus bodegas no son suficientes para pasar el invierno, deben aprovechar mientras los peces sigan en el estrecho fiordo entre la isla y el continente. Pese a su altura, su barba roja de vikingo y sus enormes brazos, le vemos descargar las nansas con cara de terrible cansancio, los 5 grados bajo cero en el muelle no le ayudan mucho en su faena.



La historia del Skrei es una de las más fascinantes de la gastronomía mundial. Y es que, por puro instinto, cada año, grandes multitudes de bacalao vuelven de las profundidades del Mar de Barents a desovar alrededor de las islas Lofoten, donde las comunidades de pescadores locales esperan su llegada como todo un acontecimiento. 

Según el patrón, los bacalaos "nacen aquí y aquí regresan para desovar a principios de cada año". Los bacalaos que bajan al muelle han recorrido un largo viaje que arrancó más de mil kilómetros hacia el Norte, en el mar de Barents, que alberga los mayores bancos durante el año. Su alimentación a base de capelán, arenque y espadín determina su sabor. En su largo viaje sortean oleajes gélidos y turbulentos y eso les confiere la textura fibrosa de su carne, más blanca y menos grasienta que la del resto de sus congéneres. Su musculatura y la carga de huevas que portan tras alcanzar su madurez sexual, entre los dos y los seis años, les convierte en skrei, palabra noruega que significa “nómada”. Ese nombre tiene denominación de origen y en estas islas significa el sustento de muchas familias. El Skrei en invierno y la cría en piscifactorias y exportación del salmón, son la base económica de estas islas que a duras penas sobrepasan los 25.000 habitantes.

En Noruega están autorizadas capturas con un cuota de medio millón de toneladas por temporada. Cuando termine de cosechar tal cantidad a finales de abril, un patrón de cualquiera de estas embarcaciones puede haber recaudado un total de 600.000 coronas (67.000 euros). Una buena parte se va en impuestos y el resto se lo reparten entre los tres tripulantes de la embarcación.


Os he dejado más fotos en este enlace la mayoría de mi compañero y gran fotógrafo José Alberto Puertas, y toda la información de nuestra próxima salida fotográfica a Noruega en nuestra web por si queréis acompañarnos antes que la primavera haga acto de presencia.

Comentarios

  1. Puedo dar fe, el bacalao estaba delicioso, gracias Jose Luis por llevarnos a comprar la pieza, hacer de cocinero y ser el anfitrión perfecto para enseñarnos unas islas tan impresionantes. Un viaje 100% recomendable en todo su conjunto, gracias también a José Alberto Puertas por esos momentos de foto. Espero volver pronto a compartir más experiencias con vosotros :)

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  2. Dura vida la de los pesqueros para hacernos llegar tan delicioso manjar!
    Fue un placer conocer estos aspectos culturales durante el viaje y ponernos en manos de un cocinero como José Luis, que hace de todo jajaja!

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    1. Hombres y mujeres duros del nlrte de Europa. En cuanto al autor ya sabes un hombre del renacimiento en el sigll XXI alejado de la mediocridad y humilde como el solo jajajaj

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  3. sacrificada vida de estos incansables pescadores, pero merecedora por degustar esos manjares que nuestro paladar degustó, ahora bien el bacalao no hubiera estado ni la mitad de bueno sino lo hubiera cocinado el gran chef José Luis!! Bueno bueno bueno!!!

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    1. Hay querida Laura, como sos las chicas para ganaros nuestro afecto, quien me lo iba a decir a mi que enamoraría a las mujeres con ¡!bacalao! Jajajajaja

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