DIARIO DE UN VIAJE A USA: Siguiendo a Telma y Louise

Como Thelma y Louise buscamos los amaneceres que nos trajeron nuestros días en el Gran Cañón

Llegué ayer del viaje de Ecowildlife a los Parques Naturales del Oeste USA. Me acosté muy pronto, por haber pasado la noche en blanco dentro del avión y, claro, hoy me he despertado mucho antes que amaneciera.

He buscado en Filmin Thelma y Louise y la he disfrutado como nunca. No me extraña que las dos amigas fueran tan felices en su escapada; he entendido mucho mejor su experiencia iniciática después de pasar por donde se rodó la película. Jose Luis Rivera ha sido nuestro Ridley Scott y Jose Alberto Puertas un moderno Ansel Adams.

Nosotros también hemos viajado por Utah, sobre esas carreteras largas y rectas, que dejan ver la grandiosidad del paisaje a los dos lados. Como ellas, nos hemos hecho selfies con nuestras gafas de sol puestas, aunque sin pañuelo en la cabeza; hemos pasado por los característicos pequeños pozos de petróleo, por moteles baratos con sus habitaciones en fila y una piscina en la trasera, por gasolineras destartaladas para comprar un helado y hemos desayunado en dinners como en el que Susan Sarandon recibe el anillo de compromiso de su novio. En gran parte del camino, la señorial Sierra Nevada presidía el fondo del paisaje. Hemos disfrutado enormes formaciones geológicas, cruzado ríos limpios y movidos, y fotografiado multitud de animales, como las emblemáticas águilas con cabeza blanca.

"Nuestra película" por si os apetece verla

Frente a esta naturaleza que tanto sobrecoge, nosotros también hemos viajado como amigos, reído, jugado dentro del coche, tirado bolas de nieve, compartido picnics frente a una catarata y bailado country en un pequeño bar de pueblo, donde tan fácil es hablar con desconocidos. Todo estupendo, pero para ser sincera, eché de menos que no pudiéramos encontrar a ningún Brat Pitt a quien invitar.

Por fin, llegamos al Gran Cañón del Colorado. Era la hora del atardecer; el sol teñía de rojo y naranja las formidables formaciones rocosas y sombras oscuras caían sobre el lejano río. carmesí. Parecía un lugar sagrado digno de veneración. Todos nos quedamos sin habla ante tanta belleza y noté algún que otro sorbido alrededor. Cuando estás en éxtasis, las palabras sobran. Habíamos visto este paraje montones de veces en el cine, pero su grandiosidad no la puede recoger el celuloide. Aquí saltaron las dos amigas en su Ford Thunderbird azul turquesa, y parece que aquí siguen para dar la bienvenida a todos los que visitamos este maravilloso lugar.

Las inmensas llanuras del Oeste Americano en Utah donde se rodaron las escenas de la película

Mañana, si vuelvo a levantarme muy temprano, pienso ver Fort Apache, de John Ford. Me apetece rememorar la visita que hicimos a Monument Valley, que fue adonde nos dirigimos al dejar Grand Canyon.

Maria Luisa Leyva. Abril 2024