ANTEQUERA, BANDOLEROS Y LEYENDAS. MÁLAGA

Antequetera da nombre a un comarca y a un municipio activo con enormes recursos turísticos tanto en monumentos y cultura como en espacio naturales. De ella han escrito muchos y muy buenos escritores, Fue Washington Irving en sus correrías por Andalucía aunque hablo de ella y su romanticismo “dimos vista a Antequera, la vieja ciudad de fama guerrera, situada en la falda de la gran sierra (sic) que atraviesa Andalucía».
Se debe empezar el recorrido recorriendo la zona centro de Antequera por los alrededores de la Calle Infante Don Fernando. Así encontraran la Real Colegiata de San Sebastián, construida en el siglo XVI Diego de Guevara. También se encuentran la Iglesia de S
an Agustín, la Iglesia de Madre de Dios y el Convento de los Remedios. En la Calle Encarnación se encuentra el Convento de la Encarnación, la Plaza del Coso Viejo, antigua plaza de toros de la ciudad y el Palacio de Nájera.
Coronando la ciudad se alza La Alcazaba. En trámites de restauración se pueden visitar algunas de sus estancias. Pero es quizás la Plaza de Castilla donde se erigió la estatua de los Enamorados hecha por el escultor Manuel Patricio Toro. Otro de los elementos destacados de la monumental ciudad es su Plaza de Toros donde se encuentra el Museo Taurino. Caminar por el Paseo Real o ascender desde la Iglesia de San Juan por Cuesta Real nos lleva hasta el Portichuelo, el barrio de la cima de la ciudad. Las calles del Portichuelo conservan en su mayoría el trazado sinuoso y rampante del urbanismo añejo de la ciudad. La calle Herradores, la calle que desemboca en la Plaza Alta, uno de los miradores más privilegiados para contemplar Antequera.
Si siguen hacia el sur de Málaga llegarán hasta El Torcal de Antequera, ejemplo espectacular del paisaje kárstico “paisaje calcáreo”, el más impresionante no sólo de España sino de toda Europa. Su extensión superficial, incluida la contigua Sierra Pelada, es de unos 20 kilómetros cuadrados. Describir en Torcal en palabras es difícil, se ha de visitar para entender los callejones, las agujas, las torres, murallas y las más variadas y caprichosas formas de piedra moldeadas durante milenios por el agua, el viento y el frío periglaciar y tocar las formas frías, grises y duras de las piedras milenarias. Entre esas rocas se ven durante todos el año las cabras montesas o los zorros así como aves de paso y otras residentes.

Un hito muy destacable sobre el paisaje de Antequera es la Peña de los Enamorados, una pequeña sierra separada por el río Guadalhorce de las montañas próximas, que erguida sobre la llanura, une al atractivo de su esbeltez la leyenda de cristiano y mora enamorados, que pusieron aquí fin a sus vidas y con ellas a la incomprensión de su amor.
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