LA CHICA QUE CONFUNDIMOS CON UN CHICO DE ATAPUERCA


Uno de los fósiles más famosos de Europa, hallado en la sierra de Atapuerca, en Burgos, y perteneciente a la especie Homo antecessor, es de una chica de entre 9 y 11 años y no de un hombre como se había creído hasta ahora. Cecilia García-Campos, investigadora del Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana (CENIEH), ha ayudado a revelar la identidad sexual de este individuo que vivió hace más de 800.000 años. “El chico de la Gran Dolina era en realidad una chica”.

El trabajo, que se ha publicado en la revista Journal of Anthropological Sciences, muestran que los dientes caninos del individuo H3, conocido hasta ahora como el “chico de la Gran Dolina”, en referencia al título de un emblemático libro de divulgación de José María Bermúdez de Castro, son femeninos. “Nos basamos en el estudio de los tejidos dentales para encontrar las diferencias sexuales de los fósiles”, explica García-Campos. Según la científica, las mujeres suelen tener mayores dimensiones de esmalte dental y los hombres un mayor componente de dentina, la estructura ósea que sujeta el diente. “En este caso descubrimos con sorpresa que los restos eran de una joven que probablemente había muerto en una pelea por el territorio”. El estudio muestra que el fósil tenía evidencias claras de canibalismo, apreciables en los cortes de los restos óseos de estos individuos, probablemente fruto de un enfrentamiento entre grupos rivales.


Caninos permanentes de H. antecessor. En la fila superior, maxilar del individuo H3, en la fila inferior, canino maxilar izquierdo del individuo H1CECILIA GARCÍA-CAMPOS.

Los restos humanos hallados en la Gran Dolina, analizados por muchos investigadores, han establecido que la especie Homo antecessor era caníbal, medía 1,70 metros y tenía un rostro moderno, similar al de los humanos actuales. Los huesos de los dedos de manos y pies también eran parecidos a los de los Homo sapiens. Su clavícula, en cambio, indica que el cuerpo era tan ancho como el de un neandertal. Sin embargo, hasta la fecha no se había podido evaluar el dimorfismo sexual de esta población porque la mayoría de los individuos incluidos en la muestra son jóvenes. José María Bermúdez de Castro, coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH y codirector de los yacimientos de Atapuerca, explica en un comunicado de prensa que hasta ahora tan solo se conocía el sexo de otro individuo a partir de un pequeño fragmento de diente, del que se obtuvieron proteínas del esmalte. Y añade: “Pero este estudio realizado por nuestro grupo abre ahora un nuevo camino muy fiable para estimar el sexo mediante un método no destructivo”.

El hallazgo, que demuestra que una joven estaba implicada en un proceso de interacción entre grupos que resultó ser violento, ayuda a replantear el papel de la mujer en estas sociedades. “La chica de la Gran Dolina cuestiona los roles tradicionales de género que aún se conservan en los que la mujer está en la casa y el hombre en el trabajo”.  Garcia Campos conluye que  “Estos trabajos ayudan a cambiar el imaginario colectivo de la hembra en la cueva con dos crías o curtiendo pieles. Y nos demuestran que las mujeres participaban en labores de caza y en disputas por el territorio”.

De la importancia de Atapuerca y sus restos para la comunidad ciéntífica y el la Evolución Humana nos habla la doctora Davinia Moreno en esta presentación en vídeo.

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