INACCIÓN CLIMÁTICA


Una ley que llega tarde y es poco ambiciosa

En diciembre de 2015, 197 países (entre los cuales, España) adoptaron el Acuerdo de París con el objetivo de reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y limitar el aumento global de la temperatura en este siglo a 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.

Tras más de cinco años de espera, este mes de mayo la Ley de Cambio Climático y Transición Energética Española ha sido aprobada en el Pleno del Congreso. Lamentablemente y aun siendo España el país más vulnerable de Europa ante el cambio climático, su ley no solo llega tarde sino que además es poco ambiciosa. El texto establece que España apenas pretende reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 respecto a 1990. Este objetivo debería elevarse a al menos un 55% para garantizar que el país cumple lo que le corresponde para contribuir, de acuerdo con su capacidad y responsabilidad, a limitar el calentamiento global según se establece en el Acuerdo de París. Además, la ley climática española, no solo está muy por debajo de los objetivos marcados por el acuerdo de París, sino que tampoco contempla eliminar el uso de combustibles fósiles ni limitar la actividad de otros sectores que perjudican gravemente el clima, como la ganadería intensiva o el transporte aéreo.

La falta de compromiso político a nivel mundial impide que sea imposible alcanzar los objetivos del acuerdo. De hecho, se estima que de seguir así, a final de siglo la temperatura se eleve a más de 3 grados, provocando entre otros el deshielo de todo el hielo terrestre y marino y destruyendo gran parte de la biodiversidad planetaria. En el caso de España, el gobierno debe asumir mayores compromisos ante el calentamiento global, ya que sin recursos, sin biodiversidad y sin salud el sistema económico-social que hoy sustenta el país desaparece y nuestra supervivencia como especie queda en jaque. Con nuestro voto debemos exigir que España actúe eficientemente contra el cambio climático y que lo haga antes de que sea demasiado tarde.


Dr Maria De La Fuente Ruiz
Investigadora postdoctoral en la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica)

Comentarios

  1. Qué poco han durado las buenas intenciones del Pacto de París. Es triste ver cómo nuestro país, España, se va alejando de esos compromisos ante el calentamiento global.
    Cuando visité Bután me sorprendió que por ley constitucional estuvieran obligados a mantener un 60% de su superficie cubierta por bosques. Hoy en día tiene un 70% de arbolado. Ese compromiso ha permitido el desarrollo de una riquísima biodiversidad. Situados entre dos países súper contaminantes como India y China, son el pulmón de la zona. El país de la felicidad nos lleva una enorme ventaja en la conciencia ecológica.
    Nosotros en cambio estamos ciegos. Se avecina un negro futuro si no cambiamos el rumbo. Cada vez queda menos tiempo para actuar. De nada servirá la agenda 2030 si no protegemos el cada vez más delicado equilibrio de los ecosistemas donde el hombre es sólo una pequeña pieza más, pero tan arrogante y egocéntrico que ni siquiera es consciente de ello.
    A este paso nos tendremos que encomendar a Buda para que ilumine a nuestros políticos y enderecen el rumbo. No olvidemos que existe el karma, lay ley de la causa y efecto y que ésta es implacable.
    El karma es como una tarjeta de crédito, disfrutas ahora, pero pagas después y con intereses.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo Pilar. Es evidentemente que la cultura de causa-efecto no está presente en la sociedad actual y que ser transcendentes ha dejado de ser una de nuestras prioridades (o almsnos para muchos de nosotros). Aún así, creo que somos una gran comunidad comprometida con el medio ambiente y la conservación del planeta y tengo esperanzas que nuestra filosofía acabe infectando a suficientes personas como para que nuestras acciones tengan un efecto a gran escala.

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    2. Indignación por la falta de compromiso, no solo para cumplir el Protocolo de Kioto, sino para el Pacto de París. Los convenios internacionales se cumplen poco y tarde, especialmente los ambientales. Muy bien María

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  2. Puro Antropoceno. Somos conscientes de lo que estamos provocando en el planeta pero vivimos al día. En consonancia con esa dualidad, unos días tengo esperanza y otros pienso que no hay remedio...
    Por eso pienso que es muy importante que los científicos sigáis insistiendo y divulgando con rigor. Es el único camino.

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    1. Gracias José. Sí, es un sabor agridulce el que se siente cuando intentas divulgar sobre cambio climático, pero hay que seguir poniendo todo el esfuerzo en crear consciencia aunque la realidad de un poco de miedo.

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    2. Es nuestra sagrada obligación.

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