SUEÑOS EN EL AIRE. MASAI MARA. KENIA

Desde la cabina de la avioneta se divisa a lejos el Lago Victoria. Sueño un día poder embarcarme y buscar como hicieran Speke o Stanley las fuentes del Nilo. Sobrevolamos los montes Aberdares y recuerdo que prometí a mi hija traerla a dormir a un hotel árbol. Mi primera noche en uno de esos hoteles fue impresionante. No pegue ojo en toda la noche escuchando y acechando a los animales de hábitos nocturnos. Los escarpes de Olololo me recuerdan que estamos cerca del destino. Una serpiente marrón enorme cruza la planicie. Es el río Mara que se desborda en torrenteras y va buscando la frontera tanzana. Desde el aire no se ven los ñus ni tampoco los cocodrilos, pero es final de Agosto y las manadas no deben estar muy lejos. La Gran Migración nuestro próximo objetivo, mil veces soñada, mil veces vista en tele y aún con el sonido de las pezuñas de los herbívoros en mi mente cuando por primera vez la vi a finales del siglo XX en las praderas de Serengueti.La avioneta aterriza suavemente en un campo cercano. Una grulla coronda picotea cerca de nosotros. Bajamos y mis amigos masais nos saludan de nuevo. Nunca se marcha uno de aquí y ellos nunca te olvidan. Estamos cerca de la puerta e OLOLOLO y ahora debemos subir el escarpe pero, no quiero iniciar mi estancia en Masai Mara sin recorrer durante un rato la planicie. Una manada de cebras y ñus nos reciben , Topis subidos en termiteros nos observan, un eland del cabo recogido por los guardas del parque nos mira indecente. De pronto suena la radio y nuestra chofer se desvía del camino. Se huele la adrenalina en el coche, no son leones, los leones no levantan esta expectación. Debajo de unos árboles se arremolina otros coches. Algo pasa. Nuestro chofer detiene el coche y nos pide paciencia. Los otros coches se van, Nos quedamos solo y suena la palabra esperada "Chui". El gran leopardo. En la primera hora de Mara y ya lo hemos visto. En diez años solo he visto 2 leopardos. En una hora ya he visto la mitad. Una hiena obseva la escena.
El Leopardo es un un animal hermoso, un macho que dormita debajo de un árbol. Demasiado confiado y en una actitud placentera. Es muy raro. Al poco gira la cabeza y nos mira. Quiere saber que hacemos, su mirada es tranquila, impresionantes. De pronto, !!! sorpresa ¡¡¡¡. Cinco metros más adelante está la hembra. Apenas la podemos ver esta dormida, satisfecha después de la cópula. Un regalo de Mara. Una belleza inenarrable.

Marchamos al lodge, hoy hemos sido felices en Kenia.


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