AHORA YA SE LO QUE ES EL BAJO COSTE AÉREO

Entro un una Terminal fantasma, la T1 de Barcelona, es temprano pero no para tanto. Hace ya más de un año que la actividad regular del aeropuerto se traslado a la T2. Pero yo no había vuelto por aquí. Donde antes había tumulto y genio hoy has soledad y la sensación de que la crisis se ha instalado de lleno y no piensa marcharse en mucho tiempo. Y yo me pregunto ¿quién acabará con esta agonía? Por que esta bien abrir aeropuertos y terminales pero, ¿que hacemos con lo viejo? Imagino que Aena debe haber considerado estas estúpidas preguntas y si lo mantiene abierto es porque le es rentable pero, permítanme que dude.

Y mi duda es razonable. ¿Cuanto cuesta al erario público la catalanización de Spanair y su posición en la nueva Terminal, cuanto nos cuesta que Ryanair mantenga tan solo cinco mostradores de la antigua Terminal B, cuando son más de 100 los que hay en la actualidad. ¿Cuanta energía pagamos para mantener abierta la Terminal de luz, agua, personal, etc…? Y si no lo paga Aena, ¿quien lo paga?, ¿las tasas? ¿ Los impuestos?. Lo único cierto es que esta Terminal como el aeropuerto de Castellón, el de Teruel, el de Ciudad Real, el de Lleida o el de Huesca, que ha quebrado antes de abrir, son sueños faraónicos de gobernantes sin criterio y sin las más mínima noción de gestión pública y con un populismo incrustado en sus meninges. ¿Es eso lo que temen los sindicatos de Aena?, que ante su privatización alguien levante la alfombra del dispendio, la nula productividad y la escasa rentabilidad de la mayoría de los aeropuertos españoles. ¿Hasta cuando seguiremos pagando esta barbarie?

Y ya una vez dentro me enfrento a una línea de bajo coste súper agresiva: Ryanair. Nunca viaje con ellos, he viajado con otros como Vueling, que utilizo regularmente o Easy Jet o Air Lingus. No me parecieron nunca malas compañías. Tampoco me lo parece esta pero ¿merece la pena viajar con ellos?. Hacen a los pasajeros responsables de tantas cosas que al final no entiendes que es lo que te dan. Un solo mostrador para facturar un vuelo de 260 personas. Una política de letra pequeña alucinante. Solo una maleta de 15 kilos en cabina, correcto, facturación anticipada por Internet del resto de equipaje con precios abusivos y una vez en la cola, primera maleta 35 euros, segunda 60 euros y tercera hasta 15 kilos, ¡¡¡¡ 20 euros por kilo!!!!. Y una vez pasado el control, por cierto hasta en eso la Terminal es de derribo, seis agentes de seguridad y cada uno con un uniforme diferente, te esperan las auxiliares de tierra y más bien parece las cajeras de un súper, su única preocupación es fiscalizar los kilos y volver a hacer caja con los bultos, ni una sola referencia al vuelo, solo a los kilos. Dentro el supermercado se abre pronto y se vende de todo y todo adictivo. Alcohol el que solicites, cigarrillos sin humo pero cargados de nicotina y juegos de azar con premios económicos. La verdad, el vuelo no duro la suficiente para saber si ofrecían también chicas o chicos de alterne. Pero era lo único que faltaba.