Un día, hace ya mucho tiempo, caminaba por los barrancos de la isla de
La Gomera, entre paredes enormes, palmeras bíblicas y grandes piedras que nos impedían el paso a cada instante. Caminaba a mi lado mi buen amigo Mon. Siempre recordaré cuando llegamos a un poblado donde apenas si vivian seis u ocho personas, "Lo del Gato" se llama, al mirar hacia la parte arriba del barranco le pregunte al "mago", ¿ y ustedes como salen de aqui o como se comunican con el mundo" y el buen mago me dijo, " ño, con el silbo". Nunca lo olvidaré, pensaba que aquello del
silbo era una estrategia para turistas y una ves más en mi vida me equivoque.
El año 2009 el silbo gomero era declarado
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ya que
"demuestra el genio creador del ser humano", pero seguro que eso paso desapercibido para esos magos de Lo del Gato y para muchos otros que viven en el corazón de la isla. Ese lenguaje silbado que articula palabras a través del aire que se escapa entre los labios, ha pervivido en las Islas Canarias desde tiempo inmemorial y hoy en día, es asignatura en alguna de las escuelas de la isla, demostrando al mundo entero que si los indios americanos conservan su tradición oral y hay pueblos en la profunda África y Ásia donde los humanos todavía se comunican con sonidos guturales, no es de extrañar que los eruditos de la cultura mundial, hayan entendido que el Silbo merece ser conservado para nuestras futuras generaciones, lo que fue conocido durante decenios como idioma de
pastores y campesinos, es hoy una joya para conservar.
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