INDONESIA:LUCHA DE DRAGONES DE KOMODO



Todo en él inspira terror, su lengua bífida, su impresionante figura, sus ojos vidriosos, su andar mortecino..., quizás el testimonio más antiguo de la presencia de este lagarto en estas islas de Indonesia sean las palabras «Aquí moran dragones» escritas en los mapas antiguos de la región, mapas datados hace centenas de años.. Y seguramente las primeras personas que vieron estos animales habrían añadido: «¡Cuidado!».

El dragón de Komodo es un certero asesino, capaz de alcanzar los 19 kilómetros por hora en carreras cortas, se embosca para cazar a sus presas, a las que ataca por sorpresa, desgarrándoles el cuerpo por la parte más tierna, normalmente el estómago, o les arranca una pata. La presa herida puede caer al instante pero en muchas ocasiones no es así y el animal atacado corre para salvar su vida. Pero su vida ya no le pertenece. El dragón de Komodo echa fuego: de su boca mana una saliva venenosa que impide la coagulación de la sangre, y las víctimas se desangran enseguida. Si la presa logra huir, es probable que las heridas se infecten. De un modo u otro, la muerte está casi asegurada. Y los dragones pueden ser muy pacientes para luego darse el festín.

También son carroñeros. Oportunistas, estos reptiles andan siempre en busca de alimento, ya sea vivo o muerto. Alimentarse de carroña re­­quiere menos energía que cazar, y los dragones son capaces de detectar el olor de un cadáver putrefacto a varios kilómetros. Aprovechan casi todo; no son quisquillosos a la hora de elegir qué partes del cuerpo se comen. Las islas del archipiélago de Komodo estan replobladas con búfalos  y con ciervos que constituyen su alimento básico, pero también, para su desgracia o fortuna, la isla se repobló con personal para preservar su vida y su habitat. Debe ser el único parque nacional del mundo donde viven las personas. Y esas personas consumen y tiran residuos. En los últimos años se han dado casos de animales que han entrado en las casas a rapiñar, y cada día es más frecuente este comportamiento.

El futuro de los dragones depende de la gestión del territorio, algo que parece sencillo pero no lo es en la realidad. Pese al parque nacional y las 3 reservas naturales que protegen su territorio, los habitantes de Flores queman tierras para transformarlas en huertos y pastos, fragmentando así el hábitat de los reptiles. Pese que la caza de ciervos y jabalíes esta tan protegida como la misma vida de los dragones, los perros salvajes, que hay a centenares en la isla, los depredan tambien. Y los científicos sospechan que esos perros pueden perseguir, y hasta matar, a las crías de dragón, que pasan el primer año de vida encaramadas a los árboles pero después bajan al suelo.

Así pues, los dragones de Flores están sitiados: por los aldeanos, los pastos, los arrozales, el mar y los perros. Eso significa menos territorio y menos presas. A largo plazo, supondrá también el declive de la especie.

En agosto partimos en una nueva expedición al archipiélago de Komodo a las islas de Rinca y Komodo a conocer de cerca a estos reptiles.

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