INDIA: ESPIRITUALIDAD Y CONSERVACIÓN

La aldea de Balhu Rajwa se encuentra en la autopista de Jodpur a Jaisalmer, que hemos recorrido arriba y abajo unas cuantas veces en nuestros viajes por el desierto del Thar. Es un pueblucho más en un país inmenso que está lleno de ellos, pero en él ocurrió una de esas pequeñas historias que hace de la India un país tan especial en la relación de las personas con la vida salvaje.

En este lugar humilde, vive Mukesh Bishnoi, un estudiante de humanidades de 17 años y que pertenece a la comunidad Bishnoi, que entre sus creencias religiosas tiene como mandato proteger los árboles y la fauna salvaje. Esta gente organiza en estos días patrullar en un viejo “gypsy” dos noches en semana por el territorio que rodea a su pueblo. La noche del miércoles 13 de mayo, los dos muchachos que formaban el équipo de vigilancia sorprendieron a uno grupo de cuatro furtivos que habían matado una chinkara. No olvidemos que las gacelas indias están estrictamente protegidas por el Schedule I de la ley de protección de la fauna salvaje de 1972. Los furtivos huyen corriendo y se inicia una persecución. Cuando el coche de los vigilantes se atasca nuestro joven héroe salta del mismo y continua a la carrera tras los “poachers” armados y en la oscuridad. Alcanza a uno de ellos que lo amenaza con su escopeta y el chaval se la arrebata en la pelea y se apaña para detenerlo. Un mensaje en el grupo de WhatsApp y 100 aldeanos están en el sitio para apoyarle y poner al tipo a disposición del guarda forestal local.


Mukesh, abrumado por su sobrevenida popularidad mediática, declaraba con timidez que no tenía miedo de enfrentarse a furtivos armados porque su religión le dicta proteger a las gacelas y la sociedad está con él (sic).

Podemos pensar que es muy humano simpatizar con las delicadas gacelas de enormes ojos negros, pero que es que en la India, historias así se repiten con cocodrilos, leopardos o serpientes y otros animales que en cualquier lugar del mundo son percibidos de forma muy negativa por los humanos con los que coexisten.

Este año tenemos varias salidas acompañadas a al biodiversidad india y a conocer de cerca alguno de estos heroes, si quieres acompañarnos no dejes de visitar este enlace.  

Os dejo aquí un vídeo del estado de Rajhastan de lobos y gacelas, sus comportamientos y la interacción con los humanos.




JOSÉ CARLOS DE LA FUENTE


Comentarios

  1. Qué hermoso es el compromiso de la Comunidad Bishnoi con la naturaleza, hasta el punto de ver cómo una mujer está amamantando a su hijo con un pecho y a una cría de antílope con el otro en una fotografía que ilustraba un texto sobre el tema y que me impactó enormemente hace tiempo.

    Sí es inimaginable que este respeto por la biodiversidad se transmita en occidente a través de creencias religiosas, al menos debería de ser asignatura obligada en las escuelas.

    Es demoledor ver el poco respeto del hombre por los ecosistemas y la biodiversidad, por el mero placer de destruir o sacar un beneficio económico.

    En cualquier caso, no perdamos la esperanza de que esto pueda cambiar en el futuro. El maldito Covid-19 nos ha dado la oportunidad de comprobar cómo ha reaccionado la naturaleza cuando hemos dejado de herirla durante un tiempo.

    La vida es bella, no fácil. Buen día a todos.

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    1. Hola Pilar, gracias por tu comentario. La verdad es que, desafortunadamente, no creo que se pueda trasladar el ejemplo de la India a otros lugares del mundo, porque esa visión del mundo es propia de su gente desde hace incontables generaciones. Ese respeto por lo vivo y la sacralización de casi todo lo que les rodea es única. Sin embargo, estoy totalmente de acuerdo contigo en la necesidad de inculcar el respeto y la admiración por la biodiversidad en nuestros niños, porque si hay esperanza es en que ellos sean capaces de hacerlo mejor.
      Buenos días y saludos!

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  2. Por desgracia el poder replicar este compromiso con la naturaleza depende de muchísimos factores que no concurren en el llamado "primer mundo", ojalá algún día eso cambie hay que ser optimistas

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    1. Hola Laura, pues sí que es una pena, pero estos ejemplos no sirven en el mundo occidental porque su percepción del mundo es única.
      Un abrazo.

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