PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: CIUDAD VIEJA DE SEGOVIA Y SU ACUEDUCTO (I)
Hace mas de 2.000 años que se contruyó el viejo acueducto de Segovia, los romanos, en su bimilenario le regalaron una estatua de loba amamantando a Rómulo y Remo y el viejo acueducto sigue allí, inhiesto y erguido para asombro de la humanidad. Que envidia para los constructores de ahora a los que ahorran en materiales para abaratar las casas. Hoy hace un día de otoño primaveral y la gente está en la calle, esperando la caída del sol y tomando cañas a la fresca. Los abuelos sentados en los bancos de la avenida y sus hijos y nietos correteando por la plaza. Lentamente se va la tarde por detrás del acueducto dejando en el horizonte una paleta de colores pasteles y el ruido de los estorninos en los árboles.
El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado a 17 kilómetros de la ciudad y en su recorrido de 15 kilómetros, va salvando montes y colinas antes de llegar a la ciudad. Después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%) hasta lo alto del Postigo (el espolón rocoso sobre el que se asentaba la ciudad en torno al Alcázar). Antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor y donde todos los turistas hacemos las fotos. Un viejo acueducto que se contruyó con piedras de granito y al que nunca conoció la argamasa para unirlas. Que gran obra de ingeniería a la que ahora, gracias a la polución y la contaminación de los vehículos que pasan cerca de él, comienzan a notársele los años con la erosión. Ojala que nuestros políticos se den cuentan y hagan algo para que este patrimonio de la humanidad, no se deteriore en este siglo XXI tanto como lo hicieran en los XX años anteriores.
El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado a 17 kilómetros de la ciudad y en su recorrido de 15 kilómetros, va salvando montes y colinas antes de llegar a la ciudad. Después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%) hasta lo alto del Postigo (el espolón rocoso sobre el que se asentaba la ciudad en torno al Alcázar). Antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor y donde todos los turistas hacemos las fotos. Un viejo acueducto que se contruyó con piedras de granito y al que nunca conoció la argamasa para unirlas. Que gran obra de ingeniería a la que ahora, gracias a la polución y la contaminación de los vehículos que pasan cerca de él, comienzan a notársele los años con la erosión. Ojala que nuestros políticos se den cuentan y hagan algo para que este patrimonio de la humanidad, no se deteriore en este siglo XXI tanto como lo hicieran en los XX años anteriores.
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