CHINA: GUILIN EL BOSQUE DE LOS LAURELES


Pescador en Guilin. Fotografía José Alberto Puertas


El bosque de laureles es la traducción del chino de la ciudad de Guilin, enclavado en una de regiones más fascinantes de China, un laberinto de montañas cársticas por el que discurren ríos de aguas cristalinas cuyos impresionantes paisajes dieron lugar a proverbios y leyendas. Uno de esos proverbios nos habla de que “Guilin cuenta con el primer paisaje bajo el cielo”; una forma hermosa de nombrar a las extrañas formas que la naturaleza ha creado a lo largo de millones de años. Los geólogos dicen que toda esa zona formaba parte de un inmenso océano hace 300 millones de años y que, por los movimientos de las masas continentales, emergió primero de las profundidades del océano para, mediante la continuada erosión del viento y la lluvia, transformarse en picos de formas caprichosas horadados por multitud de cuevas. Y todo ello decorado por los tonos verdosos y azules que plantas y río pintan caprichosamente en este bello lugar que finalmente, queda enmarcado por los vastos campos de arroz que se extienden en sus orillas.

Guilin, sin duda alguna, es el punto de partida para visitar el paisaje alrededor del río Li, autopista acuática que transporta a la mayoría de los visitantes que embarcan entre el embarcadero de Zhujiang y el puerto de Yangshuo para completar un bello recorrido. Pero nada más lejos del pensamiento de que ese trozo de río es solo Guilin, ya que estos increíbles paisajes se extienden a lo largo de cientos de kilómetros cuadrados, abarcando gran parte de la sección nororiental de la provincia de Guangxi hasta la vecina provincia de Guangdong. Aquellos que disponen de más tiempo paran en Guilin por varios días para disfrutar de algunos de los más bellos paisajes de China.

Los paisajes naturales más famosos de Guilin se encuentran en las cercanías del río Li. Se trata de montañas de forma caprichosa, reunidas en combinaciones siempre cambiantes entre las curvas del río cristalino, que no siempre se pueden disfrutar desde la comodidad del propio barco, haciéndose necesaria la escalada (a ser posible al amanecer) sobre alguno de los picos más bellos, la subida en telesilla a la montaña Yaoshan para observar la grandiosidad de este paisaje desde uno de los picos más altos o la excursión al río Yulong para disfrutar de la más original de las panorámicas, donde las aguas de este río desafían a la imaginación creando imágenes que se pensaría reservadas a la inspiración de los artistas.

Todo este recorrido, forma parte de las más antiguas e importantes rutas comerciales del sur de China: la que desde el puerto de Cantón comunicaba con Guilin, y más al norte, gracias al canal Linqu excavado hace dos mil años, con la cuenca del río Yangtze y el centro de China. De tal forma que, mientras en importantes secciones de la provincia de Guangxi las tribus aborígenes vivían –a veces hasta las vísperas de la Revolución Comunista– ajenas a la cultura china, en la cuenca del río Li surgían importantes asentamientos humanos, algunos de ellos cuidadosamente preservados hasta el presente.

Aún hoy siguen presentes estas culturas en la pequeña aldea de Daxu, uno de los más importantes mercados de esos tiempos en que las mercancías se movían por el río y en cuyo barrio ribereño el tiempo parece haberse detenido; o las magníficas mansiones que a veces destacan entre la monótona pobreza de las aldeas campesinas, algunas conservando todavía parte de su estructura tradicional, así como la parafernalia que las identificaba como cuna de importantes funcionarios; y, también, las poco visitadas aldeas de Fuli o Huangyao, donde hasta la fecha se ha evitado la llegada del turismo masivo.

Culturas de Guilin. Fotografía de José Alberto Puertas

Estas condiciones naturales y culturales, que en los tiempos clásicos atrajeron una cohorte de poetas y pintores, han hecho converger hoy en las cercanías de Yangshuo un buen número de instituciones que ofrecen a los interesados una inmersión más profunda en diferentes aspectos de la vida y cultura chinas. Así, es común que algunos (muchos de ellos turistas que prolongan su estancia) se instalen allí por largas temporadas para estudiar el idioma, practicar el taichi y otras artes marciales o estudiar las tradiciones ancestrales de los pueblos de las montañas.

En breve salimos de nuevo a conocer esas culturas, os dejo más información en este enlace.

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