CHINA: PARQUE NACIONAL DE ZHANGJIAJIE, LOS ESCENARIOS DE AVATAR
Dice que James Cameron, el laureado cineasta americano, se cayó de culo
cuando visito el Parque Nacional de Zhangjiajie, en China. Había hecho bocetos
para su prometedora película Avatar y buscaba escenarios donde filmar los
mundos del planeta Pandora y allá, en el corazón del parque hayo copias exactas
de esos vocetos que la naturaleza quiso imprimir en tres dimensiones para él y
su público. Zhangiiajie le dio al cineasta un mundo sobre natural sobre el que
recrearse y él nos lo transmitió con la belleza de su película. Sus montañas
flotantes, sus arroyos y bosques frondosos y la magia y el encanto de este
parque, cautivan cada año a miles de visitantes a acudir al centro del gigante
asiático.
El Parque
Nacional de Zhangjiajie, una reserva natural ubicada en el pueblo
de Wulingyuan, en el centro del país asiático, cinco horas en coche de la
moderna estación del tren bala de Shanshan y con algunos vuelos en su vetusto
aeropuerto. La UNESCO lo reconoció en 1992 como Patrimonio Mundial dos
años después, le otorgo el título de Geoparque Global. Sus montañas
flotantes y bosques magníficos, su tesoro natural, fueron inspiración para
dar vida a Pandora, este planeta extraterrestre que vive en armonía con su
entorno y que tiene en los na´vi, seres altos y de piel azul, a sus habitantes.
Pero ese salto a
la fama llevó consigo también un salto a la masificación, un impulso
turístico que llega a recibir más de 22.000 visitantes al día, la mayoría
ciudadanos chinos, que hace que la visita, a veces, sea un poco caótica y nada
agradable El parque ha reaccionado con la instalación de líneas de autobuses
obligatorias, ascensores y teleféricos que ordenan tal caos de visitantes, lo
consiguen, pero a fuerza de que el
parque haya perdido parte de su belleza
con caminos atestados de gentes que gritan y come por cualquier lado.
Aún así, conseguimos en nuestra visita captar instantes de infinita belleza
ya que cada rincón deslumbra al visitante, y cada esquina es un escenario único
por descubrir, con cuevas y cascadas, con árboles milenarios y las aguas claras
de sus arroyos. Incluso en el fondo del valle, creímos ver en el día soleado,
el árbol madre en el que los na’vi se reunían en sus ceremonias.
Este parque es
hábitat además de cerca de mil especies vegetales, algunas de ellas únicas
en el globo, como es el caso de la flor Long Xia, que tiene la
particularidad de cambiar de color hasta cinco veces al día. La Davidia
involucrata, por su parte, es una especie de árbol también exclusivo, ya que
consideran que es un fósil vivo, cuyas raíces provendrían incluso de la cuarta
glaciación.
Quizás uno de los
momentos más hermoso, si el gentío nos deja, es atravesar el que los chinos
llaman con pomposidad Primer Puente del Mundo, una unión natural entre dos
cumbres donde, desgraciadamente, se ha instalado también la cursi costumbre de
encadenar candados de amor. Otro momento único de la visita es pasar la
pasarela de cristal que se construyó frente al pilar Qiankun, rebautizada luego
como Montaña Aleluya.
Os he dejado más
fotos en
este enlace y si queréis acompañarnos en 2019 tenemos varias salidas
al lugar, tenéis más información en este otro enlace.
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