Si en España hicieramos un paseo de la fama de calles gastronómicas, la Calle Fermín Calbetón del centro de Donosti, ocuparía un lugar preferencial al inicio de la misma. Állí encontramos algunos de los templos del pintxo donostiarra como, Izquiña, Beri Jai o Urloa. Y aquí mismo encontramos un monumento a la gastronomía, el Bodegón Alejandro. Dice Martin Berasategui en su biografía, que allí se inicio en la cocina de la mano de su tía y de su madre que regentaban este bodegón del sotano de un edificio donostiarra. Allí inicio su carrera y allí volvió junto con Aduriz para devolver "parte de lo que aprendió a sus clientes de toda la vida".
Más tarde, tras la separación de sus socio, Aritz Aduriz se quedo el local y siguió la tradición de una cocina tradicional y a precios asequibles y menus del día. El Bodegón Alejandro tiene una carta no muy extensa pero con lo mejor de las carnes, los pescados y las verduras del mar y la tierra vasca, platos estrellas como el "tomatito de mata relleno", el taco de bacalao, el txangurro a la donostiarra, los calamares asados con ajitos o el chuletón de viejo. Para acabar el postre de la casa: la tarta de manzana con helado de vainilla: una pasada.
Servicio correcto, precios asequibles con un menu de 38 euros y una carta de vino completa. Buen lugar para tener un encuentro con la gastronomia.
Otro post de gastroturismo en la ciudad
http://laescapadadelturistaaccidental.blogspot.com/2010/02/sali-tomar-una-cana-y-me-lie-en-donosti.html
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