El retorno del “Niño”, ¿Otra amenaza climática?

En rojo la afectación climática del fenómeno 

El fenómeno del Niño es un patrón climático natural desatado por la relajación de los vientos alisios y que se produce de media cada dos a siete años con una duración de entre nueve y doce meses (con un impacto especialmente importante a nivel meteorológico durante los meses de octubre a febrero). Este fenómeno, conjuntamente con su opuesto, la “Nina”, completa lo que se conoce como ciclo meteorológico ENSO (El Niño-Southern Oscilation) por sus siglas en inglés, e influye significativamente en los patrones meteorológicos globales, las condiciones oceánicas y la pesca marina en todo el mundo.

En particular, durante un episodio del Niño, la superficie del océano Pacífico tropical se calienta más de lo habitual, especialmente en el ecuador y a lo largo de las costas de América del Sur y Central. Al calentarse, el océano transfiere parte del exceso de calor y humedad a la atmósfera favoreciendo la aparición de sistemas de baja presión, provocando fuertes lluvias en las costas occidentales de América y llegando a incrementar la temperatura media de la Tierra hasta 0.2 °C. Cabe recordar que el calentamiento global asociado al último evento del Niño, registrado entre 2014 y 2016, provocó la quiebra de muchas cosechas afectando así a la seguridad alimentaria de más de 60 millones de personas en todo el mundo.

El niño produce tormentas tropicales unusuales. Foto Efe

Dada la fuerte influencia de ENSO en los patrones globales de precipitación y temperatura, el próximo evento del Niño, previsto a finales de este 2023, amenaza con tener efectos críticos en la actual emergencia climática. Así pues, es posible que, dado que el planeta ya se ha calentado alrededor de 1,2 °C en relación con la época preindustrial, el Niño pueda añadir calor adicional a la atmósfera, haciendo muy probable que el aumento de la temperatura terrestre supere temporalmente el umbral de 1,5 °C fijado en el acuerdo de París. Además, otros efectos que también se esperan asociados al próximo episodio del Niño incluyen períodos de intensa sequía y múltiples incendios en la costa oeste de Australia, una absorción de carbono más lenta en América del Sur y unos inviernos más fríos en el norte de Europa.

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Dra. María de la Fuente Ruiz
Investigadora postdoctoral 

Universidad Libre de Bruselas (ULB)

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