EL SILENCIO DE LOS PARQUES, OTRA ESPECIE EN EXTINCIÓN (I)
Leía hace uno días un artículo de New York Times, redactado por la periodista mediambiental Felicity Barringer a propósito del Monumento Nacional de Muir Woods en EE.UU, que venía a resumir el título de esta entrada. Y casi en todo tenía razón. Hoy se está volviendo casi imposible caminar por el bosque o por nuestros parques naturales y nacionales sin sentir la sensación de falta de respeto que muchas personas sienten hacia la naturaleza y los seres vivos que en ellan habitan. La formación de las personas hace mucho en favor de la cultura y como no, gran favor a la naturaleza y nuestros entornos naturales. Y todo debe comenzar por la administración pública. Algo que si están haciendo las autoridades americanas.
Los animales de nuestro parque reaccionan ante el ruido como una amenaza predatorio y su comportamiento se dispara hacia la defensa en cualquiera de sus acepciones. Pueden huir, lo más natural, o puede intentar repeler lo que ellos entienden como un agresión, sobre todo en caso de hembras con crías. Hay ya estudios que demuestran que especies de aves desaparecen de ciertas zonas o que animales son encontrados en hábitat diferentes a los que supuestamente son su lugar de residencia. No es descalabrado pensar que en esta época de romería, los escaso linces de Doñana, huyan ante la presión ambiental, y como no sonora, que los rocieros van a descargar sobre su entorno.
Los americanos han tomado medidas muy drásticas ante la perdida de habitat y de residencia de sus animales más emblemáticos, la primera el estudio de la emisión de ruidos de los funcionarios que cuidan del bosque y la sustitución de maquinaria y elementos que provocan ruido, por lo tanto estres, en los animales. Han colocado lectores de decibelios de la voz humana para que los visitantes sepan siempre donde deben mantener el tono de voz y algunas medidas similares. Buenas noticias... y en España que?.
Los animales de nuestro parque reaccionan ante el ruido como una amenaza predatorio y su comportamiento se dispara hacia la defensa en cualquiera de sus acepciones. Pueden huir, lo más natural, o puede intentar repeler lo que ellos entienden como un agresión, sobre todo en caso de hembras con crías. Hay ya estudios que demuestran que especies de aves desaparecen de ciertas zonas o que animales son encontrados en hábitat diferentes a los que supuestamente son su lugar de residencia. No es descalabrado pensar que en esta época de romería, los escaso linces de Doñana, huyan ante la presión ambiental, y como no sonora, que los rocieros van a descargar sobre su entorno.
Los americanos han tomado medidas muy drásticas ante la perdida de habitat y de residencia de sus animales más emblemáticos, la primera el estudio de la emisión de ruidos de los funcionarios que cuidan del bosque y la sustitución de maquinaria y elementos que provocan ruido, por lo tanto estres, en los animales. Han colocado lectores de decibelios de la voz humana para que los visitantes sepan siempre donde deben mantener el tono de voz y algunas medidas similares. Buenas noticias... y en España que?.
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