FEDERICO GARCIA LORCA Y EL GUADALQUIVIR (V)

Fue Federico Garcia Lorca  un enamoradizo del Guadalquivir y a veces le canto su pasión como en esta baladilla de los tres ríos. Yo fui este año a ver el nacimiento del gran hijo del rio Betis, el Genil. Un río bravo y entusiasta.

Cae desbocado desde la alta cumbres de Sierra Nevada y va horadando el Barranco de San Juan arrastrando a su paso otros ríos de aguas menores.  Coge los aromas de los olivos y los azahares que viven en sus orillas. Salta entre las piedras de lo que son las montañas más altas de la península, buscando el río madre en el que quiere morir allá por Palma de Río en Córdoba.  Y al final, exhausto vierte sus aguas sobre su madre. Así lo entendió Federico Garcia Lorca y así lo escribió

Baladilla De los tres ríos
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

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