Es una de las secciones que más me gusta de mi blog esta sección de
"Escaparates", me permite recordar lugares que he visitado y que me han marcado huella. Hace un par de inviernos recorrí la zona vitivinícolas de
Sudáfrica en pleno invierno austral, fue un viaje inolvidable entre cepas de vino y animales salvajes. Tierras yermas, bosques milenarios y ciudades centenarias que recordaban un pasado boer u holandés. En esa zona vitivinícola donde se cultiva la tierra de forma tradicional y donde todavía se observan ciertos dejes racistas de sus habitantes, descubrí el pueblo de
Franschhoek, en el valle de los vinos. Lugar increíble, lleno de paz, de cielos limpios en verano y ruidosas tormentas en el invierno.
En Franschhoek, las casas son de madera, los porches amplios y el aire huele a vino. Las mujeres plantan enormes barandas de rosales para que los visitantes los admiren y en las tiendas, los comerciantes preparan escaparates hermosos, donde el vino con sus uvas Pinotage, Chenis Blanc y Merlot a la cabeza y sus cultivos de frutas con la fresa y las frambuesas como estrellas o los productos de la tierra, cebollas, pimientos, patatas se visten de gala y se alinean en bellos aparadores, para ser comprados en alegres mercados dominiales como en la foto que os adjunto.
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