PARQUE NATURAL DE LA CALDERA DE PEDRO GIL. ISLA DE TENERIFE
Cuentan las crónicas que un día 2 de febrero del año 1705 estallo la Caldera de Pedro Gil y estuvo por 22 días emitiendo lava y estruendos y con ellos se llevo la vida de 16 personas, probablemente por la ansiedad que les produjo la erupción volcánica y arraso algunas casas de Güimar y La Orotava. No hizo mucho daño pero debió ser algo espectacular.
Esto es lo que dicen las crónicas de la Vieja Caldera de Pedro Gil y el día que decidió explotar en Tenerife muy cerca del Parque Nacional del Teide. Hoy el paisaje apenas ha cambiado. Lapilli, bombas basálticas y tierra yerma y destruida es lo que nos vamos encontrado a nuestro paso.
Esto es lo que dicen las crónicas de la Vieja Caldera de Pedro Gil y el día que decidió explotar en Tenerife muy cerca del Parque Nacional del Teide. Hoy el paisaje apenas ha cambiado. Lapilli, bombas basálticas y tierra yerma y destruida es lo que nos vamos encontrado a nuestro paso.
Bajamos la montaña embutidos en una bruma baja que apenas nos deja ver unos metros. La sensación es indescriptible. Nuestros pasos resuenan en la solitud, los pinzones azules del Teide ( fringilla teydea), especie endémica de estas latitudes nos persigue pero apenas nos deja verlo y mucho menos fotografiarlo, la ladera del "Perogil", como aquí se le conoce, se no esconde sin remisión, vamos dejando troncos quemados en las voras y los castaños y avellanos nos sorprenden como fantasmas en la niebla. No hace frío solo silencio, silencio. Una graja rompe el instante y el lapilli hace que nos resbalemos constantemente. Hoy no hablare más, volveremos otro día de luz para recorrer este hermoso sendero.
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