DÍA 36, DIARIO DEL CORONAVIRUS: DE BRUJOS Y LEONES, SE ESTÁ MEJOR EN CASA QUE EN LA JUNGLA
En estos días tenemos la
oportunidad de viajar mediante la lectura, que no es una mala manera de hacerlo
después de todo. C.J.P. Ionides, el mítico herpetólogo que trabajó sobre todo
en la Tanganika colonial relata varios casos de leones devoradores de hombres
en el Africa oriental británica de la primera mitad del SXX. Además de su excepcional
trabajo en el conocimiento de la herpetofauna de África oriental, Constatine
John Phillip Ionides fue ranger y entre sus cometidos tenía el de investigar
los casos de presuntos man-eaters de su demarcación y, si se daba el caso
capturarlos.
En esta historia encontramos los ingredientes de una buena película barata de sesión doble de los 70. Un país exótico, erotismo, un terrible devorador de hombres y hasta magia negra africana. Incluso de qué manera traumática se interrumpió el confinamiento voluntario de una pareja de amantes, casi como en un cuento de Bocaccio.
El África que describe Ionides en
sus relatos tiene el sabor genuino de la época, y aunque como podemos comprobar
cuando viajamos allí aún hay lugares y gentes que lo conservan, en parte lo ha
perdido de forma natural durante la descolonización.
El legendario guarda describe cómo
se transmiten las noticias mediante los tambores. Dos toques cortos y uno
largo. Ngula mtwe (Hombre devorado). Cómo rastrea a los
man-eaters escuchando en la noche los rugidos de los leones y clavando
chinchetas en el mapa con la ubicación aproximada. La búsqueda durante el día,
rastreando al felino por entre el “bush”. La inteligencia casi sobrenatural de
los leones devenidos en devoradores de hombres. Las situaciones de peligro al
enfrentarse con semejante animal acorralado. Curiosamente C.J.P. Ionides no
murió en ninguno de sus duelos con aquellas formidables bestias fuera de la ley,
sino mordido por una de las serpientes que tanto amó y que tanto luchó por dar
a conocer y proteger.

Aquel incidente dejó claro para
la comunidad local que el marido era un poderoso brujo que tenía a un león como
esclavo para ejecutar su venganza. Imagino que el hechicero de los cuernos no
desmintió su sobrevenido nuevo estatus social.
Ionides y su equipo se encargaron de
perseguir a león, pero esa ya es otra historia que quizá contemos en otra
entrada.
De esta historia se desprende una
moraleja. No hemos de confinarnos en casas que no estén sólidamente construidas
cuando un depredador ronda fuera, como ya comprobaron los tres cerditos del
cuento y, si queremos hacer el encierro más llevadero, evitar involucrarse con
un león y un brujo africano.
Os dejo un vídeo leones para que veáis como "copulan"con sus "brujos" estos grande predadores.
Insteresante relato
ResponderEliminarInteresante relato, cuando algo escapa de nuestra comprensión, siempre intentamos encontrar una explicación, al misterio que nos rodea.
Fascinante África siempre.
Gracias Josefina, los devoradores de hombres siempre han estado envueltos en un aura sobrenatural.
EliminarSu capacidad para "aparecer y desaparecer", nuestra indefensión ante sus acciones...facultades naturales que relacionan a nuestros propios depredadores con los mitos y deidades originales.
EliminarJAJAJA José Carlos, tiene mas vista el video que el post, nos interesa mas los leones copulando y de eso no hablas, jajajaj
ResponderEliminarEnhorabuena por el post, muy logrado
No puedo competir con la irresistible atracción del cine X de naturaleza. 😊
EliminarGracias!
Que buena entrada José Carlos!
ResponderEliminarInteresantísima.
Un abrazo.
Gracias Justo! Un abrazo, compañero!!!!
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