DÍA 40, DIARIO DEL CORONAVIRUS: NECESITO IR A ENCONTRARME A MI PUEBLO

La Antigua Escuelita de Villa de Arico
La Villa de Arico donde nací

Camino de cumplir otra semana (ya no las cuento) de confinamiento y lejanía de nuestros seres queridos no hacemos sino pensar a donde viajaremos una vez que dejemos atrás esta terrorífica experiencia. Como dice mi compadre Pepe, cogemos turistas y los hacemos viajeros. Sí, nos esperan Noruega, Chile, Kenia, Sudáfrica…todos esos destinos que los amigos de Ecowildlife nos están preparando para el día después.

Pero llevo días con una frase de José Saramago barrenando mi cabeza: “Siempre llegamos al sitio donde nos esperaban.” Y de momento no me esperan en el extranjero, en esos maravillosos lugares que tenemos por descubrir, porque nos esperan en el Pueblo, ahí donde están nuestras raíces, donde nos hicimos mayores, donde descubrimos la vida.

Mi pueblo no está lejos, apenas a 100 kilómetros de La Gomera, mi residencia, pero tengo un ansia brutal de regresar a ese pueblito tinerfeño a las faldas de la Corona Forestal y el padre Teide. Lo primero que voy a hacer es volver a Arico porque necesito volver a caminar los senderos de mi niñez, recorrer los canales de agua que me vieron hacer mis primeras trastadas y quiero volver a saborear los primeros besos que le dí a la mujer que amo.En este tiempo en el que nos hemos tenido que alejar de todos, quizás lo más doloroso es darnos cuenta de lo que realmente importa, de valorar no la cantidad sino la calidad de nuestras experiencias y de que lo material es sólo eso, material. Porque lo que más echamos de menos es precisamente lo más sencillo que podemos dar : el cariño. Si a ello unes que tus seres queridos están cerca pero a la vez tremendamente lejos, pues no es de extrañar que todos tengamos esa necesidad de abrazar a nuestros padres y abuelos, y si lo hacemos, como digo, en el Pueblo, mejor que mejor.

Cuando esto acabe y podamos volver a nuestra vida espero recordar esta valiosa lección que nos ha dado ese bichito traicionero del Covid 19 y no, no pienso ahorrarme ni un beso, ni un abrazo, es más, voy a volverme derrochador de cariño porque no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.

Y sí, antes de visitar los Cielos de Colón de la Palma o el Hierro, de emocionarme hasta llorar con las luces del norte noruegas, de atisbar entre la bruma de las Torres del Paine a los pumas, yo lo primero que pienso hacer es viajar a mi pueblo para recordar de donde vengo, cuáles fueron los paisajes que marcaron el comienzo de mi vida. Y sí quiero volver a comprobar que el azul de mi cielo ariquero es igual a todos aunque para mí es tremendamente distinto, porque es el cielo que me vió crecer y enamorarme, y también sufrir, pero es mi cielo y es mi pueblo, al que quiero volver, al sitio donde me esperan.

Y justo después volveré a viajar con más ilusión y ganas porque como dijo Hans Christian Andersen VIAJAR ES VIVIR. Mucho ánimo y mucha fuerza desde La Gomera, ya nos queda menos.
 y les dejo con un vídeo de recuerdo de este mismo año y que pienso repetir el año que viene, la empolvada de mi pueblo de acogida, La  Gomera donde este año fuimos felices.


JUAN RAMÓN PÉREZ "MON"

Comentarios

  1. Que gran relato Mon, ya me lo presumía que eras un tesoro escondido. Tengo el día tan lleno, que no me detengo a pensar en la infancia, recuerdos de verano, en el campo con mi abuela, despertar con los pájaros, juegos con los amigos, libres, sucios, felices.
    Los domingos a misa de 7 horas, porque la de 11 horas, era cantada y duraba mucho.
    La noche con las estrellas, gracias José Luis, tú me lo hiciste recordar, no había televisión, contemplar el cielo y quedarte sin aliento.
    En mi ocaso, lo estoy reviviendo, hasta pronto nos veremos.

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  2. Seguro Josefina, nos veremos más pronto que tarde. Me alegro que te haya gustado.

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